Viajar en tren en Argentina es un desafío diario. El gobierno prometió que a mediados de 2014 el calamitoso sistema ferroviario comenzará a dar un vuelco con la puesta en funcionamiento de 25 formaciones chinas en una línea que registró de varios accidentes en los últimos meses.
Mientras, cientos de miles de pasajeros son víctimas de un servicio ineficiente, obsoleto e inseguro y desconfían de las promesas de las autoridades.
Los usuarios de las siete líneas ferroviarias que unen Buenos Aires con los populosos municipios vecinos se quejan de la impuntualidad de los trenes, el hacinamiento en el que viajan, la suciedad y el deterioro de los vagones, los robos que sufren, el pésimo estado de las vías, la mala conducción de los choferes y la falta de información sobre el servicio que hay en las estaciones.
«Nos da miedo, la sensación es que llegamos a destino con suerte, pero a veces no hay más remedio que viajar en tren porque en colectivo (autobús) se hace aún más largo», dijo a The Associated Press Mariza Cano, de 32 años y empleada de limpieza en una casa que viajaba junto a su hija de 11 en un atestado vagón de la línea Sarmiento.
Esta última une la localidad bonaerense de Moreno con la capital argentina y en los últimos 20 meses ha sufrido tres accidentes, dos de ellos con víctimas fatales. El peor ocurrió el 22 de febrero de 2012, cuando colisionó con la cabecera de un andén de la estación Once de Buenos Aires, lo que causó la muerte de 51 personas.
Un año después de ese hecho, el ministro del Interior Florencio Randazzo, a cargo del área de transporte, prometió «una verdadera revolución» en el sistema ferroviario metropolitano. Pero por ahora no se ha cumplido.
Una tibia reforma comenzó hace meses con la incorporación de varios vagones traídos del exterior y la mejora de las vías y de las instalaciones en las estaciones, que fueron pintadas y donde se colocaron pantallas electrónicas para informar de la llegada de los trenes. Los arreglos son «puro maquillaje», dicen los usuarios.
La línea Sarmiento no es la única que mejorará con el funcionamiento de las 25 formaciones chinas a partir de junio de 2014, aseguró Randazzo. En total, a las siete líneas ferroviarias donde hoy transitan 580 coches se incorporarán más de mil vagones el próximo año, indicó.
Las autoridades, las empresas concesionarias del servicio y los sindicatos ferroviarios se culpan mutualmente del deterioro. Según el ministro, los concesionarios han incumplido sus funciones. El gobierno estatizó en octubre la línea Sarmiento después del choque de un tren en la estación de Once que causó decenas de heridos.
Además el Ejecutivo responsabiliza a los conductores por algunos accidentes y dispuso que se sometan a los mismos exámenes psicofísicos que los pilotos de avión. En vídeos que difundió, captados con cámaras de seguridad instaladas en las locomotoras, se puede ver a algunos choferes leyendo, durmiendo o tomando sol mientras manejan.
Los sindicalistas dicen que el sistema de señalamiento y las vías son de 1923, el sistema eléctrico de 1940 y los vagones de mediados de los 60. También que en las formaciones los frenos no funcionan al 100 por ciento.
«A mi hija le digo que no viaje en tren», dijo a la AP Rubén Sobrero, delegado gremial de la Línea Sarmiento. «Necesitamos no menos de cinco años para reconstruir los ferrocarriles, capacitar a los trabajadores, renovar el sistema eléctrico… hay que poner la prioridad donde no se ve, en la seguridad. En cambio se puso en pinturita», sostuvo.