Tres cadáveres fueron encontrados entre los escombros del edificio que sufrió una explosión en la ciudad argentina de Rosario, lo que aumentó a 13 el número de fallecidos y a ocho el de desaparecidos.
Las víctimas —identificadas como Juan Natalio Pennice, de 73 años; Debora Gianángelo, de 20, y Soledad Medina, de 31— fueron encontradas por una perra labrador que forma parte de la brigada canina de rescate. En tanto 11 personas siguen hospitalizadas, informó hoy Mónica Fein, alcaldesa de Rosario, situada 300 kilómetros al norte de Buenos Aires.
Los rescatistas remueven a mano y con ayuda de perros los escombros para encontrar a los desaparecidos de la explosión causada el martes por un escape de gas en un edificio del centro de Rosario formado por tres cuerpos. El estallido causó el derrumbe de la torre del medio y graves daños en los bloques anterior y posterior, dañando 63 departamentos, por lo que las tareas de rescate deben realizarse con mucho cuidado.
Un gasista y su ayudante que estaban en el edificio poco antes de la explosión intentando arreglar un regulador de gas están detenidos por el incidente, mientras la empresa Litoral Gas, suministradora del fluido, es investigada por la justicia.
El fiscal de la Cámara Penal de Rosario, Guillermo Camporini, dijo a radio La Red que «hasta ahora» hay «un estado de sospecha importantísimo» sobre la responsabilidad del gasista Carlos García. Señaló además que en las próximas horas podría recuperar la libertad el ayudante Pablo Miño.
«Hay algo que la lógica indica: esto es producto también de que ha fallado una serie de controles. Eso está comprobado «, afirmó.
La fiscal Graciela Argüelles, que también investiga el siniestro, afirmó por su parte a Canal 5 de Rosario que los controles que realizó la empresa en distintas ocasiones antes de la explosión «fueron muy limitados» y «muy primitivos», lo que consideró «inadmisible».
La justicia cuenta con pruebas documentales de los reclamos de los vecinos del edificio dañado por pérdida de gas el 24, 26 de julio y 2 de agosto.
La fiscal indicó acerca de la tarea de Litoral Gas que «primero se hicieron unos trabajos muy precarios, luego se restablece el servicio y se da el okey como que está todo bien, como que no hay pérdida de gas. Pero no sólo no debía haber pérdida de gas, sino que las instalaciones debían estar bien hechas, habría que haberlas cambiado. No podemos hacer emparches sobre algo que era muy obsoleto, eso se lo digo yo desde mis escasos conocimientos».
García declaró ante el juez investigador que cuando vio la gravedad del estado del regulador del gas «salió a la calle e hizo una llamada al teléfono de emergencias 911 y otra a la guardia de Litoral Gas».
Los vecinos de las dos torres que se mantuvieron en pie después de la explosión fueron autorizados el viernes a ingresar por unas horas a sus viviendas para sacar las pocas pertenencias que les queden. La entrada al lugar se hacía por turnos y de uno a uno.
«Sabemos que muchas (viviendas) no se encuentran en buen estado», por ello los vecinos ingresan «acompañados con personal de seguridad y acompañados de personal de asistencia para que se los pueda contener», dijo el ministro de Seguridad de Santa Fe, Raúl Lamberto.
En tanto los habitantes de los edificios cercanos al inmueble dañado que fueron evacuados como medida de prevención comenzaban a regresar a sus hogares.
El gobierno nacional y el de Santa Fe han lanzado créditos blandos y otorgado subsidios para los damnificados por la explosión.