Cautivante inspiración en Lionel Messi, un poco en Ángel Di María y algo de suerte son factores clave para el avance de Argentina a cuartos de final de la Copa del Mundo, en los que chocará el sábado contra Bélgica.
BELO HORIZONTE, Brasil / AP
Argentina es un compendio de voluntades que no entrega una imagen convincente: solo la salvan individualidades lideradas por su capitán Messi, autor de cuatro de los siete goles argentinos y que el martes tejió avasallantes piruetas hasta que la regaló con moño a Di María para lo que fue el 1-0 sobre Suiza en la prórroga, a tres minutos de ir a los penales.
Argentina no puede terminar un partido en paz, ya que en todos los casos ganó con sobresaltos. Y si no mejora ante Bélgica, quizás no haya un Messi, un Di María o una diosa fortuna de su lado. La suerte sí estuvo con la Albiceleste en el tiempo adicionado al reglamentario cuando Blerim Dzemaili estrelló un cabezazo en el poste y, en el rebote, mandó la pelota afuera con la rodilla.
«Felicito a los jugadores, no hay crítica para ellos ni para mí, pero aún debemos mejorar», destacó el técnico Alejandro Sabella, para quien un partido «no se gana por ganar. Hay que buscar potencia, la manera, la estrategia y tener buenos jugadores».
Argentina atesora buenos jugadores y hasta uno fuera de serie como Messi. Pero por ahora el grupo no es ninguna garantía de eficacia y tiene abanderados del desacierto que encabezan el defensor central Federico Fernández, el centrocampista Fernando Gago y el artillero Gonzalo Higuaín.
Sabella confía en ellos a rajatablas, pero habría que ver si vuelve a apelar a su ayuda ante Bélgica o le da al equipo un baño de frescura con la entrada de Martín Demichelis atrás, Lucas Biglia, Maxi Rodríguez en el medio y Rodrigo Palacio adelante, donde Messi juega de Llanero Solitario.
En todos los casos Argentina ha ganado por la mínima diferencia, lo que significa que siempre estuvo expuesta al empate: además de la victoria ante Suiza, doblegó 2-1 a Bosnia; 1-0 a Irán y 3-2 a Nigeria.
El volante de marca Javier Mascherano, que ante Suiza en el Itaquerao tuvo su partido más destacado en Brasil, dijo que esas experiencias del pasado sirven poco y nada.
«Hoy no nos sirve demasiado. Se ha pasado, hay que tener la cabeza bien fría para analizar en lo que hay que mejorar», subrayó Mascherano, subcapitán del equipo y compañero de Messi en el Barcelona. «Pero un Mundial no lo ganás con emociones. Lo ganás con la cabeza, con la manera de pensar, con inteligencia, y con saber que lo que nos va a tocar el sábado va a ser más duro que esto».
Argentina se entrenó ayer en forma muy liviana en su cuartel general de Cidade do Galo y el atacante Sergio Agüero, ausente ante Suiza por una lesión muscular, trabajó por primera vez con la pelota desde que acusó ese problema con Nigeria. Pero no hay indicios de que pudiese estar presente con Bélgica.
Argentina saldrá ante Bélgica con un cambio obligado porque el lateral izquierdo Marcos Rojo recibió la segunda amonestación ante Suiza. Su reemplazante sería José Basanta.
«Yo estoy listo, me preparé toda la vida para esto; para jugar un Mundial», dijo el defensor del Monterrey mexicano, quien ante Suiza sustituyó a Rojo en el tiempo extra.
Sale Rojo, entraría Basanta
¿Se animará Sabella a hacer otros cambios o morirá con la suya?
Estaba previsto que después hablasen dos periodistas con la prensa. Pero esa reunión fue suspendida por la muerte en un accidente automovilístico de María Soledad Fernández, de 26 años, hija de Miguel Ángel «Tití» Fernández, un popular periodista de la TV argentina. La joven murió, y dos de sus acompañantes resultaron heridos cuando regresaban en automóvil a Belo Horizonte tras el partido con Suiza.
«Estuvimos hablando con los jugadores y después de la alegría que le dieron a los argentinos, se sienten mal porque Tití Fernández es muy querido en la selección y lo que le pasó a la hija es un dolor muy grande», dijo el dirigente de la Asociación del Fútbol Argentino, Juan Carlos Crespi, al anunciar la ausencia de los futbolistas en la reunión con la prensa.