El jefe de Gabinete argentino, Jorge Capitanich, reiteró hoy las denuncias sobre la existencia de un «contexto de ataques especulativos» para perpetrar «una acción psicológica de desestabilización permanente» del gobierno de Cristina Fernández de Kirchner para lograr «un ajuste social».
«En la Argentina existen conjugación de factores con exponentes políticos visibles e invisibles; sindicales, visibles e invisibles; y sociales, visibles e invisibles, que promueven una estrategia de desestabilización permanente para lograr un ajuste de carácter social», advirtió el ministro coordinador.
Capitanich apuntó contra actores «agazapados» detrás de «grupos mediáticos concentrados», pero aseguró que Argentina cuenta con «un poder político consolidado» que tiene «una líder excluyente, con legitimidad de origen, mayoría en el Congreso, mayoría de los gobernadores, 17 entre propios y aliados, lo que implica tener un poder político consolidado».
También cargó contra los «grupos económicos poderosos que pretenden establecer su propio sistema de precios».
El gobierno redobló los esfuerzos para evitar que la devaluación del peso, que desde principios de enero acumula cerca de un 23 por ciento, acelere la inflación. Pero por otro lado, cuestiona a los exportadores que retienen la producción agrícola a la espera de una cotización del dólar aún más alta.
En ese sentido, denunció la «avaricia» del sector agropecuario. «Los que no liquidan divisas es porque tienen un proceso de ahorro en un bien ajustable de carácter internacional. Hay que diferenciar a un pequeño y mediano productor de un gran productor. Los que no liquidan son los que tienen una mayor capacidad para almacenar y tienen capacidad de ahorro», subrayó.