Por lo menos 37 rehenes extranjeros y 29 islamistas murieron en la ocupación de una planta de gas natural en Argelia que se extendió por cuatro días, informaron hoy autoridades argelinas. También se reportó que había dos canadienses entre los que retuvieron a decenas de trabajadores.
Un trabajador argelino también resultó muerto, todavía hay cinco extranjeros desaparecidos y tres atacantes fueron capturados, informó el primer ministro Abdelmalek Sellal en conferencia de prensa.
También había atacantes de Egipto, Níger, Mauritania y Túnez, además de tres argelinos, informó el funcionario. Sellal no precisó si los canadienses estaban entre los militantes muertos o entre los tres capturados.
Indicó que varios de los rehenes fueron encontrados muertos de un balazo en la cabeza.
Siete ciudadanos japoneses se cuentan entre los fallecidos, informó el gobierno japonés hoy.
La conferencia de prensa fue el primer esfuerzo del gobierno por ofrecer una narrativa coherente de la crisis en la que extremistas vinculados con Al-Qaeda habían tomado la refinería y retenido a decenas de trabajadores.
El primer ministro dijo que extremistas fuertemente armados llegaron desde el vecino Malí cargados de explosivos y minaron la instalación. Prepararon el ataque durante dos meses.
Fuerzas especiales del Ejército argelino asaltaron la instalación el sábado para poner fin a la ocupación y luego el gobierno comenzó la delicada operación de desactivar los explosivos plantados.
En un comunicado, la Brigada Enmascarada, uno de los grupos que habría tramado la ocupación, advirtió que habrá más ataques parecidos contra cualquier país que respalde la intervención militar de Francia en Malí, donde los franceses intentan desalojar a extremistas islámicos del norte de ese país.
«Recalcamos a nuestros hermanos musulmanes la necesidad de alejarse de todas las empresas y complejos occidentales por su propia seguridad, especialmente de las francesas», indicó la nota.
Hoy, funcionarios de la cancillería de Filipinas expresaron que hay seis ciudadanos entre los rehenes muertos. El vocero Raúl Hernández dijo a los periodistas que 16 filipinos han sido contabilizados y otros cuatro siguen desaparecidos.