
El pasado 2 de junio, Guatemala perdió a uno de los literatos y académicos más valiosos del país, Francisco Albizúrez Palma, quien es recordado por los hombres de cultura como “el gran académico”, a decir de Maximiliano Araujo, escritor y amigo cercano de Albizúrez.
Su muerte trajo gran pesar a quienes les conocieron catalogando su partida como “una pérdida para la literatura guatemalteca”, opina Araujo, quien por otro lado, dijo que su partida fue inesperada pues aún tenía mucho que aportar al mundo literario y académico.
Albizúrez tenía muchas cualidades entre ellas la discreción, la sencillez, la humildad y la modestia de su carácter afable.
El entrevistado recuerda que el académico nunca busco publicitar las obras que escribió para hacerse renombre de ello, sino que más bien prefería consagrar su tiempo a enaltecer las grandes obras de otras figuras literarias nacionales, como del escritor premio Nobel a la Literatura “Miguel Ángel Asturias”, mediante análisis literarios.
La amistad unió a Albizúrez y a Araujo cuando ambos ingresaron al grupo “Rin 78”, basado en el principio de amor a la literatura y en dar acceso a las demás personas a diferentes tipos de textos literarios. Por otro lado, también formó parte de la Academia de la Lengua.
Actualmente, se reconoce a Albizúrez como un “gran académico” pero poco se sabe de su faceta como novelista y cuentista, por lo que una figura como la suya “se merece” ser conocido desde todos los ámbitos, dijo.
VIDA Y OBRA
Albizúrez Palma nació el 1 de diciembre de 1935 en la Ciudad de Guatemala. Estudió Licenciatura en Letras en la Universidad San Carlos de Guatemala (Usac), en 1962, y en 1965 obtuvo un doctorado en Filología Románica en la Universidad Central de Madrid, España.
A partir de los años sesenta, se dedicó a ejercer como catedrático e investigador de la facultad de Humanidades de la Usac.
Algunas de sus obras destacas son: “Estudios sobre literatura guatemalteca” (1973), “Manual de comunicación lingüística” -17 ediciones-, “Grandes momentos de la literatura guatemalteca” (1983) e “Historia de la literatura guatemalteca” (1981-1987) -tres tomos-, este último lo escribió junto con Catalina Barrios y Barrios.
Igualmente, ganó el premio guatemalteco de Novela con su obra «Ida y vuelta», en 1988. Además escribió «Reiteraciones» (1967), «Para comprender El Señor Presidente» (1972), «La novela de Asturias» (1975), «Manual de Comunicación Lingüística» (1977), «Estudios literarios» (1978), «Casa de curas y otras locuras» (1982), «Grandes momentos de la literatura guatemalteca» (1983), «Diccionario de autores guatemaltecos» (1984), «Landívar, Virgilio y la religión» (1985), «Tish» (1991), «Poesía contemporánea de la América Central» (1995). También fue coautor de la «Antología de Narrativa Hispanoamericana» (1976) y «Breve antología del cuento guatemalteco contemporáneo» (1979).