Miles de árabes israelíes celebraron el lunes el Día de la Tierra, que conmemora el 33º aniversario de la muerte de seis personas a manos de la policía israelí, con una manifestación bajo el signo de la lucha contra «el racismo», del que dicen ser víctimas.
El tradicional mitin del Día de la Tierra, que conmemora la muerte en 1976 de seis árabes que se manifestaban contra la confiscación de sus tierras por Israel, se llevó a cabo este año en la aldea de Deir Hanna, en Galilea.
Los manifestantes, encabezados por diputados árabes del parlamento israelí, alcaldes y dignatarios, agitaban banderas palestinas y estandartes verdes, el color del movimiento islamista Hamas, así como símbolos con los colores de los diferentes partidos políticos árabes israelíes.
Gritaron consignas de apoyo a los palestinos de Gaza, donde una ofensiva israelí entre diciembre y enero dejó más de 1.400 muertos, según fuentes palestinas.
El Alto Comité de Seguimiento, la organización representativa de los árabes israelíes, eligió como lema de la manifestación de este año la lucha «contra el racismo y el fascismo en Israel», que a partir del martes tendrá uno de los gobiernos más derechistas de su historia.
En este gabinete, dirigido por el jefe del Partido Likud, el halcón Benjamin Netanyahu, participará el ultranacionalista Avigdor Lieberman, conocido por sus declaraciones hostiles a la minoría árabe durante su campaña electoral, centrada en la idea de «no hay ciudadanía sin lealtad al Estado».
En un comunicado, el Comité de Seguimiento manifestó su inquietud ante «el incremento de los fenómenos de racismo y fascismo en Israel».
«Este año marcamos el Día de la Tierra mientras nos enfrentamos a una erosión de la democracia (en Israel), una regresión de los derechos de los árabes (…), amenazas de traslado, racismo y fascismo», afirmó arengando a la multitud el jefe del consejo local de Deir Hanna, Raja al Jatib, en una velada alusión a Lieberman.
En declaraciones realizadas al margen de la manifestación, el diputado árabe Jamal Zahalqa acusó a Israel de haber confiscado desde su creación «más del 80% de las tierras que pertenecen a los ciudadanos árabes».
En un informe difundido en 2003, una comisión del Estado había reprochado a las autoridades que no hicieran «más esfuerzos para poner fin a la discriminación (contra la población árabe), para darle los mismos derechos y para imponer en ella la ley y el orden».
El primer ministro israelí saliente, Ehud Olmert, había reconocido en 2008 ante una comisión parlamentaria que los árabes de Israel, que representan el 20% de la población, sufrían «una discriminación insoportable» desde la creación del Estado hebreo, en 1948.
En un informe publicado la semana pasada, el Centro Mossawa para los derechos de los ciudadanos árabes de Israel afirmó que el número de agresiones contra los árabes en Israel había aumentado considerablemente desde enero.