«Aquí­ hay que pensar en grande»


La Hora: Ha transcurrido más de una década desde que los gobiernos de Guatemala vienen subsidiando al transporte urbano de pasajeros en la capital, pero el servicio sigue como antes o peor. ¿Cuáles son, según su criterio, los principales problemas?

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Aní­bal Garcí­a: El primero es que no ha habido gobierno municipal que pueda tener una visión integral del problema, es decir comprender que el tema es un servicio esencial para la población. El primer problema es de concepción, qué se entiende por servicio urbano.

Para el gobierno municipal, especialmente para quienes han gobernado los últimos 20 años, el tema pasa porque para ellos no es un problema que lo sufran en particular. Entonces eso ha acarreado que mucha gente tenga que soportar esas condiciones infrahumanas en que se presta el servicio.

LH: ¿Pero el Transmetro nació de esa misma administración?

AG: El proyecto Transmetro es una salida, porque evidentemente no vamos a negar que su implementación por lo menos ha evitado atracos, y sí­ se viaja más seguro y más rápido para el centro de la ciudad. El Transmetro no llegará a las colonias especí­ficas, a los ramales que conforman todas las colonias en Guatemala, porque el Transmetro sólo puede funcionar en un área lineal, en las grandes avenidas, como lo vemos en la Calzada Aguilar Batres para el centro. De cualquier forma como los usuarios están en las grandes colonias populosas, la salida del Transmetro tampoco es que vaya a ser la gran solución.

LH: ¿Cuál es, entonces, el problema de fondo?

AG: Es que no hemos querido entrar a discutir la posibilidad de que el servicio lo preste el Estado, eso es fundamental.

Yo no conozco a un empresario que no tenga ánimo de lucro, de hecho alguien se mete a un negocio porque tiene ánimo de lucro; eso es válido hasta, pero en el caso del transporte público hablamos de un servicio esencial y no debe ser explotado así­.

LH: ¿Debe haber una transformación?

AG: Hay que reinventar todo en Guatemala, porque uno tiene como parámetro otras ciudades donde el transporte es digno, donde la mayorí­a de la gente prefiere usar el transporte público. Evidentemente para hacer una transformación de ese tipo necesitamos garantizar un servicio digno, que pueda servir para prestar el servicio, obviamente pensando en utilidades porque la empresa se tiene que mantener, pero fundamentalmente pensando en la necesidad que tienen los usuarios de un servicio con precio justo, que pueda servir para pensar en que el guatemalteco va a volver a usar el servicio del transporte urbano.

LH: Tomando en cuenta eso, ¿Ha sido justificado el subsidio al transporte? Sobre todo, porque se ha otorgado bajo la premisa de que se utilice para mejoras del servicio.

AG: Como no se ha llegado a una propuesta integral, entonces hemos tenido la práctica de darles dinero a los empresarios, esperando que ellos hagan una inversión honesta. Ese es el problema, porque al final el subsidio no ha redundado en beneficios reales para los usuarios.

Hay que ponerle un alto al tema del subsidio, pero el problema es de fondo otra vez, porque en tanto no cambie el modelo cualquier transportista puede salir diciendo que los costos son exagerados, que para mantener la tarifa del transporte urbano necesariamente debe contarse con subsidio.

LH: Si en lugar de haber otorgado ese subsidio durante los últimos 25 años, y hubiéramos invertido esa suma millonaria en un sistema colectivo de transporte ¿Qué podrí­amos haber hecho?

AG: Es un punto que nos debe llamar a la reflexión, toda vez que se sabe que son cantidades millonarias por año las que se vierten en el tema especí­fico del subsidio. Haciendo cuentas tendrí­amos ya acumulada una buena cantidad de millones de quetzales que bien podrí­an implementarse en fortalecer una empresa del transporte público estatal que pudiera no sólo crear toda una infraestructura, sino pensar en ese servicio digno para los pasajeros.

LH: ¿Ya tuviéramos nuestro propio Metro?

AG: Habrí­a que pensar ya en el Metro como una salida para Guatemala. Yo me resisto a creer que no podamos ver el problema no sólo en la ciudad, sino verlo relacionado con el problema del transporte de las rutas cortas, que podrí­a implicar un metro que pudiera unir a los municipios conurbanos con más densidad poblacional.

LH: Si se construyera el Anillo Periférico Metropolitano ¿Deberí­a ir incluida la construcción del metro como una opción?

AG: Aquí­ hay que pensar en grande. Pensar en la ciudad que queremos para dentro de 50 años. Ese ha sido el problema con todo lo que presume el alcalde Arzú, que nunca ha pensado en el municipio que quiere ver a futuro sino que se ha embelezado en hacer algunas «mejoras», que no nos presentan el municipio deseado a un largo plazo.

El famoso plan de Manuel Colom Argueta, proyecto que se cortó de tajo en la Municipalidad. Ese sí­ era un proyecto visionario. Por lo que creo, que es necesario encontrar salidas, es imposible que saquemos a la gente de la ciudad por la forma en que Guatemala está estructurada y siempre va a implicar que gran cantidad de gente esté moviéndose aquí­ en la ciudad para realizar cualquier tipo de gestiones.

LH: ¿Qué considera que debe hacer el Gobierno o las municipalidades con respecto al tema?

AG: Lo importante es que podamos sentarnos todos los actores involucrados, esto debiera ser ya visto como un tema de Estado. Cuando digo tema de Estado, creo que el presidente de la República debiera involucrarse porque evidentemente con el presupuesto que tiene la municipalidad no le va alcanzar para resolver este problema.

Debiera instarse un diálogo entre el Ejecutivo, las municipalidades más importantes y el Congreso de la República para poder hablar de soluciones profundas.

LH: ¿Qué se ha hecho para fiscalizar ese subsidio millonario que se ha entregado por años?

AG: Aquí­ es donde entra en juego la debilidad de la Contralorí­a General de Cuentas, porque mientras nosotros no miremos medidas y propiciemos medidas de fondo para el problema del control y la fiscalización de los recursos públicos es difí­cil que podamos tener un efectivo control.

LH: ¿Considera que es viable o necesaria la intervención del transporte urbano, de rutas cortas y el extraurbano?

AG: Se están dando todos los elementos para que se pueda dar esa intervención. De hecho yo no sé qué guatemalteco podrí­a estar en condiciones de aceptar y seguir utilizando el servicio del transporte urbano, cuando estamos hablando de un servicio urbano realmente indigno.

Si con esta situación paupérrima del transporte, el Gobierno considera necesario intervenirlo, creo que tiene suficientes elementos para hacerlo.