Apuesta por la juventud


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“Más allá de mejorar la esperanza de vida y la esperanza educativa de la niñez y la juventud, es necesario multiplicar la esperanza de un futuro mejor”
(Guatemala: ¿Un país de oportunidades para la juventud? PNUD 2012).

Factor Méndez Doninelli


La juventud y adolescencia en el país, conformada por las personas que tienen menos de 25 años de edad, representa más del 60% de la población, es un segmento social mayoritario según el informe nacional de desarrollo humano 2011/2012 del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo PNUD. Pese a ese alto porcentaje, las juventudes guatemaltecas están inmersas en contextos donde las oportunidades no existen, es decir, están excluidas de un conjunto de oportunidades básicas que las y los jóvenes necesitan para potenciar su desarrollo humano, tanto presente como futuro. “Son oportunidades estratégicas que se necesitan para la inserción en la vida social y económica.”

Para comprender mejor cuáles son las oportunidades básicas, el punto de partida son cuatro dimensiones primordiales que definen la dinámica juvenil:

a) Oportunidad de vivir: implica gozar del derecho a la salud, iniciar la vida sexual de forma saludable y responsable, tener derecho a la libre definición de una identidad, gozar del derecho a la seguridad.

b) Oportunidad de aprender y conocer: involucra gozar del derecho a la educación, lograr destrezas para el trabajo, alcanzar conocimientos y habilidades para la realización personal y la participación en la vida de la comunidad, tener acceso a bienes culturales y simbólicos.

c) Oportunidad de participar: progresivamente en la vida social, en los ámbitos político, económico, social y cultural.

d) Oportunidad de disfrutar del tiempo libre: cuya especificidad constituye una de las características de la moratoria social que define a la juventud. Se pasa de experiencias y actividades lúdicas, en la niñez, a un disfrute de nuevas experiencias y actividades con más matices de lirismo en la juventud.
En Guatemala la exclusión social de las juventudes impide la movilidad, por eso en sociedades más incluyentes existen mayores posibilidades de movilidad social, debido a que aumentan las oportunidades de insertarse en el proceso de desarrollo con cierta independencia de las condiciones al nacer. Esta situación incide en el desarrollo humano, por tanto, se deduce que habiendo mayores oportunidades para la niñez, la adolescencia y la juventud habrá más desarrollo humano, se mejora la calidad de vida de la población y se superan los bajos indicadores sociales y económicos, que por ejemplo, son los que el país exhibe y que nos colocan en el último lugar entre los países de la región centroamericana.

Otros factores como la estructura patriarcal y machista de la sociedad, el racismo, la discriminación, el proyecto neoliberal, la hegemonía de los grupos oligárquicos, la transnacionalización del capital, la creciente criminalidad organizada y transnacional y sobre todo el modo de producción capitalista, favorecen el cierre de oportunidades que merecen las juventudes.

Por cierto, escuché el II concierto “temporada oficial 2012” de la Orquesta Sinfónica Nacional bajo la batuta de Igor Sarmientos, Director invitado y con el solista Sergio Reyes, joven promesa musical, guatemalteco; observé que en el elenco de la OSN, hay muchos jóvenes con mucha gana, a pesar de la precaria situación por la que atraviesan las escuelas de las Bellas Artes, el bajo presupuesto, la falta de insumos y materiales, el impago de salarios a maestros y el escaso apoyo gubernamental.