El presidente ruso Vladimir Putin afirmó hoy que su sucesor será elegido de manera «democrática» y que recién comunicará sus propias «preferencias» a último momento, mientras reina el suspenso a un año de las presidenciales de 2008.
«He dicho que no habrá un sucesor, habrá candidatos. La tarea de las autoridades es garantizar el carácter democrático de las elecciones (…) para que los ciudadanos puedan elegir», dijo Putin en su conferencia de prensa anual en el Kremlin.
La Constitución rusa prohíbe al Presidente mantenerse en el cargo durante más de dos mandatos consecutivos, lo cual implica la partida de Putin, en el poder desde el año 2000, quien ha asegurado no obstante que seguirá teniendo influencia en el gobierno.
Sin embargo, afirmó que podría expresar una «preferencia» en la campaña oficial para la elección presidencial del 2 de marzo de 2008.
«También soy un ciudadano de Rusia, de lo cual estoy muy orgulloso, y por supuesto me reservo el derecho a expresar algún tipo de preferencia. Pero sólo lo haré durante el periodo de campaña preelectoral», dijo.
La batalla por su sucesión entre liberales y quienes ostentan las «estructuras de fuerza» (ejército, policía y servicios secretos) ya comenzó en los pasillos del Kremlin.
Muchos expertos estiman que Putin desempeñará un papel importante en la elección del candidato al Kremlin, quien apoyado por el poderoso partido mayoritario Rusia Unida y por los recursos de la máquina del Estado, tendrá garantizada su elección.
Con 54 años, el presidente ruso fue más vago que nunca sobre sus propios proyectos. Si la Constitución es modificada podría presentarse nuevamente a los comicios, una perspectiva sugerida regularmente por la clase política pero que él siempre ha rechazado.
«No voy a ninguna parte», respondió, interrogado sobre qué sucederá luego de marzo de 2008. Aún quedan «dos o tres meses para la transmisión de poder», añadió.
Putin insistió en la misión que deben enfrentar los dirigentes del país, más allá de la elección: «Consolidar el poder» para «garantizar la continuación de altos niveles de desarrollo económico».
Interrogado sobre su propio balance, estimó haber «logrado reforzar el sistema político y acceder a ritmos de crecimiento (elevados) al poner el acento en la diversificación de la economía».
Al unir cifras y superlativos, como acostumbra hacer en estas grandes misas mediáticas, señaló un crecimiento de 6,7% a 6,9% del PIB en 2006 en Rusia, y se congratuló de la llegada masiva de capitales privados el año pasado, por un total de 41 mil millones de dólares.
Interrogado sobre los temas más variados, desde los programas para sordos en la televisión hasta las subvenciones agrícolas, Putin repitió su ejercicio anual, respondiendo con la misma precisión, a veces con humor o con rudeza, y sin contar su tiempo.
A las 14H15 (11H15 GMT), la conferencia llevaba ya más de dos horas y se encaminaba hacia su récord de 2006, de tres horas y media, ante cientos de periodistas reunidos en el gran auditorio del Kremlin.
Retomando el tema de las crisis recurrentes entre Moscú y sus vecinos de la ex URSS, que perturban el suministro energético de Europa, Putin aseguró una vez más que Rusia cumpliría «todas sus obligaciones» con sus clientes.
«Se acusa todo el tiempo a Rusia de utilizar su poder económico para alcanzar objetivos políticos. No es cierto», agregó, visiblemente irritado por las críticas contra Rusia en este tema.
También calificó de «idea interesante» la creación de una «OPEP del gas» con Irán y otros productores de gas, una hipótesis que despierta temores en Europa.