La Organización Mundial de Comercio (OMC) se acerca a su sueño de finalizar un acuerdo para liberalizar el comercio mundial que corone seis años de duras negociaciones, tras el visto bueno de Estados Unidos a un proyecto sobre el capítulo agrícola.
Dada por muerta en incontables oportunidades, la ronda de Doha, lanzada en la capital de Qatar en 2001, resucitó el miércoles de noche cuando el negociador estadounidense para la Agricultura, Joseph Glauber, anunció en Ginebra que su país aceptaba como base de negociación las cifras propuestas en julio por la OMC.
Estados Unidos «se dijo dispuesto a negociar sobre la base de cifras planteadas en el proyecto agrícola, siempre y cuando todos los otros países trabajen también según los mismos parámetros», señaló el jefe de la negociación agrícola de la OMC, Crawford Falconer.
El anuncio significa que Washington acepta reducir sus subvenciones agrícolas en el margen de 12.800 a 16.200 millones de dólares por año sugerido en julio por Falconer, cuando hasta ahora se negaba a bajar de los 23.000 millones de dólares.
En Washington, el portavoz de la representante de Comercio estadounidense Susan Schwab subrayó que la oferta estadounidense está sujeta a condiciones.
«Estados Unidos quiere abrir el camino pero otros deben comprometerse», declaró el portavoz Sean Spicer, al recordar que a cambio, los norteamericanos esperan de sus socios una mayor apertura de mercados en la agricultura, la industria y los servicios.
Estados Unidos está «determinado a llegar a un resultado equilibrado y ambicioso» entre los 151 países miembro de la OMC, aseguró Spicer.
El gesto estadounidense fue saludado por los otros grandes actores de la negociación, particularmente por la Unión Europea, que lo consideró «una evolución positiva».
«Estados Unidos se compromete así a negociar sobre la base del texto de Ginebra y nosotros alentamos a todas las partes a hacer lo mismo», declaró Peter Power, portavoz del comisario europeo de Comercio Peter Mandelson.
«Sin compromiso de Estados Unidos, (este texto) no tenía ningún futuro», acotó.
El lunes, Mandelson estimó que un acuerdo «sobre las cuestiones clave está próximo», y que las negociaciones de la ronda de Doha, cuya fecha inicial de conclusión era a fines de 2004, «han progresado más de lo que imaginamos».
Al aceptar el texto sobre la mesa, Washington se une a la propuesta de rebajar las tarifas aduaneras agrícolas entre un 52% a 53,5% exigida a la UE. Los estadounidenses la consideraban hasta ahora insuficiente, mientras Mandelson ya dijo estar dispuesto a aceptar estos márgenes.
Teniendo en cuenta las observaciones de unos y otros, Falconer presentaría en octubre a los países miembro una nueva versión de su proyecto de acuerdo.
Al hacer una concesión en el tema agrícola, Washington lanza la pelota a la cancha de los países emergentes, que tienen el desafío de aceptar las propuestas de la OMC sobre los productos industriales durante las negociaciones que se reanudan la semana próxima.
La OMC sugirió en julio que los 28 países en desarrollo más avanzados reduzcan sus tarifas aduaneras en un margen de 19% a 23%.
India y Brasil, líderes de los países emergentes, se niegan hasta ahora a rebajarlas más de 30%, a fin de proteger sus nacientes industrias.
El director general de la OMC, Pascal Lamy, espera lograr antes de fin de año un acuerdo sobre la arquitectura general de la ronda de Doha, con el objetivo de finalizar los trabajos a inicios del año que viene, lo más temprano posible antes de la elección presidencial estadounidense de noviembre de 2008.
Peter Power
portavoz del comisario europeo de Comercio Peter Mandelson.