Aprueban ejecución de Alí­ el Quí­mico


Alí­ el Quí­mico no negó su responsabilidad en las masacres, por lo que fue condenado a muerte.

El Consejo Presidencial iraquí­ aprobó la ejecución de uno de los colaboradores más próximos al ex dictador Saddam Hussein, Alí­ Hassan Al Majid, alias Alí­ El Quí­mico, quien esperaba, desde hací­a seis meses, saber si serí­a ahorcado por genocidio contra los kurdos.


Alí­ Hassan al Majid, de 66 años, originario al igual que Saddam Hussein de la región de Tikrit (norte), heredó el siniestro apodo de Alí­ el Quí­mico por haber ordenado en 1988 el bombardeo con gas de la ciudad kurda de Halabja, matando a miles de personas, entre las cuales habí­a numerosos niños y mujeres.

Era primo hermano de Saddam Hussein, que fue ahorcado a fines de 2006. Ocupó el puesto de secretario general del Partido Baas en el norte (1987-1989), coordinando simultáneamente el Ejército, la dirección de la seguridad general, y el servicio de inteligencia militar, involucrados en la represión contra los kurdos.

«Fui yo quien ordenó al Ejército destruir las aldeas y reubicar a los aldeanos. No me defiendo. No pido disculpas. No he cometido errores», afirmó al referirse a la represión contra los insurgentes kurdos, la campaña Anfal de 1987-1988, que dejó unos 180 mil muertos.

Fue condenado a muerte en junio de 2007. «Gracias a Dios», exclamó al ser pronunciado el veredicto. La Corte Suprema confirmó este fallo en setiembre.

Alí­ Hassan al Majid, apodado El carnicero del Kurdistán, lanzó en mayo de 1987 una implacable polí­tica de tierra quemada en el Kurdistán ordenando una gran operación de evacuación de la población y el ganado, llevados por la fuerza hacia las fronteras con Arabia Saudita y Jordania, lejos de las zonas donde tradicionalmente viví­an los kurdos.

Esta polí­tica fue acentuada después de que Irán lanzara, en junio de 1987, la ofensiva Nasr-IV contra Irak, que fue apoyada por los guerrilleros kurdos.

Según la organización estadounidense de defensa de los derechos humanos Human Rights Watch, Majid es responsable de la desaparición de unos 100 mil no combatientes en las regiones kurdas.

Pero también fue el verdugo de los chiitas durante la rebelión de 1991, como comandante de las divisiones de la Guardia Republicana en el sur. En los años 90 dirigió una campaña de desplazamiento forzado de los habitantes de las colnas de los pantanos, donde la población pasó de 1 millón a sólo 40 mil personas.

También supervisó la ocupación de Kuwait. Entre agosto y noviembre de 1990, fue el sanguinario gobernador de ese paí­s invadido por el ejército iraquí­, antes de retomar en febrero de 1991 el puesto de ministro de Asuntos Locales.

En febrero de 1996, Majid ejecutó a su propio sobrino Hussein Kamel, quien habí­a regresado a Bagdad después de desertar un año antes a Jordania, donde denunció al régimen.

La coalición anunció su captura el 21 de agosto de 2003, después de meses de búsqueda. Desde entonces se encuentra en una cárcel de Bagdad controlada por los norteamericanos.

«Fui yo quien ordenó al Ejército destruir las aldeas y reubicar a los aldeanos. No me defiendo. No pido disculpas. No he cometido errores».

Alí­ el Quí­mico