Si bien es cierto que los guatemaltecos estamos acostumbrados a que en materia política todo es permitido, la politiquería (brujulear en política o tratarla con superficialidad o ligereza) nos ha llevado a cometer bajezas deleznables, poco constructivas para ejercer la democracia dentro de un marco ideal de valores y principios. Para mí, resulta de lo más normal que un gobierno vea con simpatía y celebre con efusión un 14 de Julio, el 15 de Septiembre o el 20 de Octubre, para exaltar sus deseos de libertad, patriotismo, como de afinidad o acercamiento hacia los sectores populares, pero eso jamás debió servir en el 2008 para apropiarse de los mismos, mucho menos tergiversar, mezclar o confundir elementos que nada tienen que ver unos con otros.
Que bueno que el Gobierno de Colom se sienta identificado con la Revolución de Octubre, movimiento cívico-político de gran raigambre popular. Pero eso no significa que el suyo pueda ser ni siquiera un mal remedo de lo acontecido por aquellos días, como para utilizar el bello edificio del Palacio Nacional de mural, de valla o de pantalla gigantesca para colgar de su estructura unas mantas en rojo y negro, colores políticos extremistas que bien sabemos lo que significan, con fotografías de Arévalo, Arbenz y del líder estudiantil Oliverio Castañeda.
¿Es que en el gobierno de Colom no hay ni un solo colaborador versado en el buen mantenimiento de nuestros edificios para conservarlos como es debido?, ¿ni tampoco en historia patria, para no haberse percatado que, si bien los dos primeros fueron presidentes popularmente electos, después de consumada la Revolución de Octubre, el joven Castañeda ni fue participe de tan loable movimiento, mucho menos su actividad estudiantil o política tuvo algo que ver con el mismo? Hacer mucha bulla, gastar dinero en cohetes, bombas o luces de colores, discursos o montar tarimas en el parque central, cualquiera puede hacerlo, pero bien distinto es organizar bien justos y merecidos homenajes.
¿O quienes hicieron una valiente y aguerrida oposición a Ubico y a Ponce Vaides no debieron ser mencionados, no digamos darles algún reconocimiento?, ¿cuántos civiles, militares, profesionales, obreros, campesinos, etc. fueron los reales forjadores del glorioso movimiento revolucionario del 20 de octubre, sin pertenecer a un partido político u otra organización, sino en una acción cívica, legítimamente espontánea, logrando no solo derrocar a la tiranía, sino con mucha inteligencia supieron construir la infraestructura de una época, desde el triunvirato, organizar el proceso eleccionario democrático y el desarrollo de los tres poderes del Estado con una legítima representación popular, muy distinta del remedo que ahora tristemente empleamos?. Lástima, muchos fueron los errores cometidos hace poco y todo, por el afán de querer hacer una apropiación indebida.