El nuevo gobierno de Italia liderado por tecnócratas aprobó el domingo un paquete de austeridad y crecimiento por 30 mil millones de euros (40 mil millones de dólares) con el que busca ayudar a salvar al euro del colapso y «despertar» a la economía italiana.
Las medidas incluyen recortes inmediatos a los costos de manutención de la clase política italiana y disposiciones para combatir la evasión fiscal, dijo el primer ministro Mario Monti en una conferencia de prensa después de una reunión de gabinete que duró tres horas.
Como parte de los costos políticos de los recortes, Monti dijo que renunciará a sus salarios como primer ministro y como ministro de finanzas, una acción que, dijo, fue una decisión personal y no significa establecer un ejemplo para otros ministros en el gobierno, que formó dos semanas y media después de la renuncia de Silvio Berlusconi bajo presiones del mercado y políticas.
El paquete también incluye medidas para impulsar el crecimiento y la competencia, mientras se enfoca en acabar con el nepotismo. Pero igualmente incrementó el número de años de servicio para obtener una pensión completa, medidas a las que se oponen fuertemente los sindicatos e impone nuevos impuestos a la riqueza privada de los italianos, incluyendo casas, botes y autos de lujo, medidas que los conservadores han protestado.
«Le dimos mucho peso a lo que es justo, debemos distribuir algunos de los sacrificios pero pusimos mucha atención para distribuirlos de manera justa», dijo Monti.
El mandatario describirá las medidas el lunes en discursos ante las dos cámaras del Parlamento, que deberán aprobarlas. Monti dijo que apelará al sentido de responsabilidad de los legisladores.
El gobierno de Berlusconi dejó el poder debido a que no pudo imponer medidas fuertes en un Parlamento dividido, el cual continúa intacto, lo que significa que las fallas podrían reabrirse fácilmente.
«Mucho depende de qué tan bien le expliquemos a los ciudadanos lo que intentamos hacer», agregó Monti.
El primer ministro, un economista que fue comisionado de la Unión Europea, ha estado bajo una presión extrema para llegar a medidas rápidas y creíbles que convenzan a los mercados de dejar de apostar contra la moneda común. Los costos crediticios de Italia han subido, lo que podría significar un desastre si el país no es capaz de mantenerse al día en los pagos de su enorme deuda de 1,9 billones de euros (2,57 billones de dólares), o 120% de su Producto Interno Bruto.
A diferencia de Grecia, Portugal e Irlanda, que obtuvieron rescates financieros después de que sus tasas de endeudamiento se dispararon, se considera que la tercera mayor economía de la zona euro es demasiado grande para ser rescatada. Un incumplimiento de pagos por parte de Italia sería un desastre para la eurozona de 17 miembros y repercutiría en la economía global.
El viceministro de Economía Vittorio Grilli dijo que las medidas aprobadas asegurarán que el presupuesto de Italia esté equilibrado para el año 2013 a través de un aumento del 2% en el impuesto al valor agregado a partir de la segunda mitad del 2012. El extinto gobierno de Berlusconi ya elevó el impuesto al valor agregado del 20% al 21% como parte de medidas anteriores.
Emma Marcegaglia, directora del grupo de presión de los industriales italianos Confindustria, dijo ayer que la supervivencia del euro depende de que Italia apruebe medidas muy fuertes de austeridad y crecimiento, seguidas de un esfuerzo a nivel europeo que permita que los sacrificios italianos no sean en vano.