Agradezco al licenciado Oscar Clemente Marroquín, en primer lugar, el darme la oportunidad de escribir en La Hora. Al hacerlo me permite compartir mis sentimientos, mis conocimientos y mis sueños porque en Guatemala, la educación llegue hasta el niño más pobre y más alejado, con todos los adelantos pedagógicos y tecnológicos que hoy día existen. Le agradezco en segundo lugar, los conceptos expresados hacia mi persona; me motiva a continuar luchando para que otras personas se sumen a esta batalla para cambiar un sistema caduco y establecer uno, adecuado a las demandas del Siglo XXI; que prepare correctamente a los jóvenes para que ellos hagan la Guatemala del año 2025, del 2050 y dejen puestas las bases para los que vivirán en el Siglo XXII.
Mi batalla ha sido constante y he expresado lo que debe hacerse para mantener esa constancia de metodologías innovadoras en el aula, y he abogado por un sistema de evaluación (insisto, no medición), acorde al contenido enseñado (relevante), a lo aprendido (utilizando los diferentes estilos de aprendizaje y las múltiples inteligencias) y apegado a la forma en que esos contenidos fueron transmitidos (activa, interactiva, participativa, formativa, mutisensorial e integradora). He visualizado distintos escenarios futuros y muchas veces he sentido como las autoridades del Mineduc, se han mantenido sordos a esta voz. He encontrado a otros educadores que en reuniones privadas, me dicen compartir mis opiniones pero, o no han tenido la oportunidad o han carecido del atrevimiento de expresar su opinión públicamente, o están frustrados porque «en Guatemala nada cambia».
Recientemente, un grupo de educadores expertos en distintos campos, iniciamos reuniones para compartir ideas y ver qué sugerencias dar al Mineduc, para que de una vez por todas se atreva a «agarrar al toro por los cuernos» y decida cambiar un sistema educativo cada vez más excluyente. Formamos la «ASOCIACIí“N GUATEMALTECA POR LA EDUCACIí“N» (en formación) para tener un foro y una voz colectiva para dialogar, discutir, repensar y desarrollar un sistema con filosofía, con metas, con visión de futuro, con planificación a largo plazo, con seguimiento y sobre todo con continuidad. El Presidente «Pedagogo» de Guatemala era Doctor en Filosofía.
La educación de los niños y de los jóvenes guatemaltecos, no debe ponerse en manos de personas que son excelentes en su campo profesional pero NO son ni pedagogos ni filósofos.
Una de las primeras acciones de esta Asociación (en formación), ha sido invitar a la Señora Ministro a platicar con nosotros y discutir la integración y las funciones del Consejo Nacional de Educación. Hasta el día de hoy, no hemos tenido respuesta a nuestra invitación.
Nuestra escritura de constitución dice que «La ASOCIACIí“N GUATEMALTECA PARA LA EDUCACIí“N, es privada, no lucrativa, apolítica, educativa y multisectorial, que se dedicará a agrupar ciudadanos comprometidos con la transformación de la educación del país con el afán de establecer alianzas, influir en la opinión pública e incidir en las políticas públicas en materia de educación pública, particularmente con relación a la educación de las mujeres, de los pueblos indígenas y los sectores más pobres y excluidos del país. Se pretende por ende, promover la discusión, análisis y propuestas de acciones sobre temas educativos y promover a sus miembros y la comunidad educativa en general, la expresión de ideas novedosas, el mejoramiento del proceso educativo a nivel nacional por medio de divulgaciones varias, de las acciones acordadas».
Como puede ver, licenciado Marroquín, gracias a la oportunidad que usted me dio de expresar mis ideas, otros se han atrevido a hacerlo y formamos ahora un grupo. Usted abrió el camino, nosotros «haremos camino al andar». Ojalá el Mineduc no obstaculice ese camino; que acepte nuestra invitación para diseñar mejores políticas educativas y asegurar un futuro mejor para la educación en Guatemala. Nuestros próximos gobernantes se están formando ahora. ¿Qué tipo de gobernante queremos?
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