Apestoso tufo de corrupción en el Conap


  Reiterativamente he afirmado una conocida perogrullada que señala que para que persista y se acreciente el sucio fenómeno de la corrupción es imprescindible la existencia y actuación de corruptos y corruptores.

Eduardo Villatoro

   Traigo a cuenta esta manida frase al respecto de la investigación que realizó exitosamente la Fiscalí­a de Delitos Administrativos, del Ministerio Público, en el Consejo Nacional de íreas Protegidas (Conap), al descubrir que Sergio Enrique Véliz Rizzo, cuando ocupó el cargo de secretario Ejecutivo de esa institución alteró el plan maestro del parque nacional Laguna del Tigre, para que el petróleo no apareciera como una amenaza a esa zona núcleo de la reserva de la Biosfera Maya (Prensa Libre, 7 de julio).

   Como se sabe, la compañí­a Perenco pretende que el Gobierno de la República, vale decir el presidente ílvaro Colom. amplí­e su contrato de operaciones en aquella área de Petén, pese la fundamentada oposición que han planteado organizaciones ambientalistas.

   De acuerdo con la información oficial, la denuncia del MP en contra de Véliz Rizzo, acusado de abuso de autoridad, incumplimiento de deberes y falsedad material, se fundamenta en que en 2007 se emitieron los dictámenes favorables para la aprobación del plan maestro del parque Laguna del Tigre y el biotopo protegido Laguna del Tigre Rí­o Escondido, pero el entonces secretario ejecutivo del Conap suspendió el dictamen y al ordenar su impresión le introdujo cambios inconsultos y sustanciales, sobre todo porque elimina como impacto negativo la actividad petrolera de la empresa Perenco Guatemala Ltd. y la amenaza que constituye a esa reserva.

   Asimismo, por instrucciones de Véliz Rizzo se omite un párrafo del estudio ambiental que indica que las carreteras construidas por esa petrolera favorecieron las ocupaciones de personas en el parque Laguna del Tigre; pero lo más destacado es que fue suprimida una cláusula determinante que advertí­a que «No se permiten nuevas explotaciones petroleras»., además de haberse ocultado una regla que establecí­a que deberí­a realizarse una cuantificación de los impactos causados por Perenco en el polí­gono del contrato 2.85.

   No se requiere una profunda reflexión o un exhaustivo estudio para determinar qué personas o empresas resultan beneficiadas con los cambios arbitrarios introducidos en el plan maestro del parque nacional Laguna del Tigre, porque a la vista salta que el ex secretario Ejecutivo del Conap tení­a la intención de favorecer a la empresa Perenco.

   Aunque en casos como estos de corrupción es difí­cil encontrar las huellas de los sobornos, de todas maneras un razonamiento empí­rico mueve a pensar que esa misma empresa petrolera debió hacer desembolsos que supuestamente fueron a parar a las cuentas bancarias de un funcionario o ex funcionario del Conap.

   Afortunadamente también en esta institución del Estado trabajan personas honestas, como el caso del abogado Juan Carlos Carrera, director de su departamento Jurí­dico, quien contribuyó con el Ministerio Público a esclarecer el turbio negocio, mientras que el Centro de Estudios Conservacionistas, de la Universidad de San Carlos, a cargo del ingeniero Francisco Castañeda, detectó que el mencionado plan maestro que se publicó no era el mismo que originalmente se aprobó.

    (El recién casado funcionario corrupto Romualdo Tishudo le pregunta a su joven mujer: -Vos me querés sólo por el dinero que me dio un petrolero ¿verdad?  La desposada replica: -No, yo te amarí­a sin importar quién te sobornó).