La llama olímpica estaba confinada hoy en un hotel de Bangkok a la espera de recorrer mañana las calles de su barrio chino, siguiendo su accidentado periplo por el mundo, mientras un templo budista japonés se retiraba del recorrido por la «represión» en el Tíbet.
Un día después de su paso por India, donde más de 200 manifestantes pro tibetanos fueron detenidos, la antorcha de los Juegos Olímpicos de Pekín no se movió del hotel Plaza Atenea de la capital tailandesa al que llegó en medio de fuertes medidas de seguridad anoche.
El primer ministro tailandés, Samak Sundarajev, advirtió que las autoridades no tolerarían ningún incidente violento durante la ceremonia de relevos de la llama, prevista mañana en el barrio chino de Bangkok.
La policía nacional anunció que podría expulsar del territorio a los extranjeros que lleven a cabo acciones ilegales en protesta contra las violaciones de los derechos humanos en China.
Por el momento las autoridades tailandesas mantienen sin cambios el programa previsto para mañana a partir de las 15:00 horas locales
«Se mantiene el mismo recorrido» y «hasta ahora no hay cambios», declaró el general Yuthasak Sasiprapha, presidente del Comité Olímpico local.
Alrededor de 80 personalidades tailandesas del ámbito deportivo y de los negocios portarán la antorcha a lo largo de 10,5 km por Bangkok, vigilados de cerca por las fuerzas de seguridad.
El general de la policía Surachai Vanichseni declaró que más de 2 mil policías, algunos de ellos de uniforme y otros de civil, permanecerán apostados en 80 lugares del recorrido. Además, un millar de funcionarios velarán por la seguridad, dijo.
«Ordené a las autoridades que apliquen medidas determinantes» contra cualquier manifestante que no respete las normas de cortesía, anunció Samak, quien admitió que no esperaba disturbios durante la ceremonia «puramente deportiva» mañana por la tarde.
Varios grupos estudiantiles y de defensores de los derechos humanos prevén exhibir una antorcha disidente frente a la sede de Naciones Unidas en Bangkok, afirmaron los organizadores.
Desde el 24 de marzo y la ceremonia de encendido de la llama en la Olimpia griega, diversos incidentes salpicaron el recorrido de la antorcha, en particular en Londres y París, enfocando la atención sobre la situación en el Tíbet, lo que ha puesto en aprietos a Pekín.
El miércoles, en Islamabad, primera etapa asiática, la llama permaneció confinada en un estadio y ayer, en Nueva Delhi, el acontecimiento quedó reducido a media hora por el centro de una ciudad transformada en fortaleza. Más de 170 militantes tibetanos fueron detenidos en las inmediaciones del recorrido de la antorcha y otros 46 en Bombay.
Ayer se registraron más de 500 detenciones en Nepal.
Mientras la llama olímpica llegaba a Bangkok, un célebre templo budista que debía servir de punto de inicio en el relevo de la llama en Japón, el 26 de abril, se echó atrás.
El templo de Zenkoji, en la ciudad de Nagano, organizadora de los Juegos Olímpicos de invierno de 1998, justificó su decisión aludiendo a la «represión» china en Tíbet.
Pekín por su parte llamó a la población a refrenar su fervor patriótico ante «las acciones viles de algunos occidentales».
Hoy una treintena de seguidores del movimiento espiritual Falungong, prohibido en China, se manifestaron frente a la embajada china en Kuala Lumpur, capital de Malasia, a donde llegará la llama tras su etapa en Bangkok.
Por último, la actriz estadounidense Mia Farrow anunció que hará un discurso el 2 de mayo en Hong Kong sobre la crisis en Darfur y la ausencia de presiones chinas sobre el movimiento sudanés.