Antonio José de Sucre. Un héroe


í“scar Enrique Alvarado S.

Si usted desea conocer algo sobre la vida de este prócer de la independencia de la América del Sur, aquí­ tiene a Sucre, el célebre Mariscal de Ayacucho.

Las causas internas y externas de la independencia o emancipación es motivo de un estudio por separado.

Sucre, nacido en Cumaná, Venezuela, en 1795 y asesinado en Berruecos, Colombia en 1830.

Un largo historial:

– Alférez de ingenieros en los ejércitos independentistas.

– 1812, luchó junto con el célebre patriota Francisco de Miranda.

– 1813 en compañí­a con Mariño, Bermúdez y Piar, emprendió la campaña revolucionaria en Venezuela.

– Participó en la llamada «Guerra a muerte», destructiva.

– 1819 ascendió a General de Brigada. Se unió a Bolí­var en Angostura, naciendo entre los dos jefes una franca amistad.

– 1821 al frente de las tropas colombianas marchó en la defensa de Guayaquil.

– 1822 triunfó sobre las tropas del jefe realista Aimerich en la batalla de Pichincha, dando la libertad a Quito.

– 1824 acompañó a Bolí­var en la histórica batalla de Juní­n.

– 9 de diciembre de 1,824 triunfó en Ayacucho.

– 1826 un congreso en Chuquisaca, (en la actualidad ciudad Sucre), le otorgó el cargo de Presidente del que renunció dos años más tarde.

– 4 de junio de 1,830 asesinado. Sus restos descansan en la catedral de Caracas.

Intentó mantener la unidad de la Gran Colombia que fue el ideal más importante de Simón Bolí­var.

Los nuevos paí­ses no lograron mantener la unión y por doquier surgieron problemas de lí­mites en toda América.

En la batalla de Ayacucho El Perú obtuvo su libertad. El crimen cometido en contra de Sucre fue un acto terrible, terminando una vida de nobleza y heroí­smo. Ocupó la presidencia de Bolivia, aún con un enorme número de problemas de intrigas y revoluciones. Su ideal educativo no dio resultado no por culpa suya, en gran parte ello se debió a una época de verdadera anarquí­a.

En las guerras de la independencia participaron no sólo criollos, también hubo personas humildes que siguieron a los ejércitos en toda América. Con Miguel Hidalgo y Costilla en México en 1,810; José de San Martí­n en Argentina, Chile y Perú, todos aceptaron en sus filas a personas humildes, incluso mujeres, que en los momentos más difí­ciles hicieron ver su valor y el amor por la libertad.

Bolí­var fue quien más enalteció a Sucre. En la batalla de Ayacucho fue derrotado el virrey La Serna.

En el Alto Perú, (Bolivia), Sucre permaneció intentando imponer orden pero pudieron más rivalidades entre los caudillos.

Las marchas militares significaron esfuerzos increí­bles, en pantanos y montañas, muy lejos de sus paí­ses, soldados colombianos, chilenos y ecuatorianos lucharon por la libertad del Perú.

José de San Martí­n se habí­a retirado de la lucha por liberar al Perú, cuando en la histórica entrevista de Guayaquil, en 1822, sostenida entre San Martí­n y Bolí­var, el primero dejó el campo libre a Bolí­var, El Libertador, retirándose San Martí­n a Europa en donde vivió modestamente.

El escritor guatemalteco Antonio José de Irisarri realizó una investigación sobre el asesinato de Sucre. Irisarri ocupó cargos diplomáticos importantes, desempeñó interinamente la presidencia de Chile y contribuyó a la independencia de la América del Sur.