Antisemitismo


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Los judíos, quienes llegaron a la Península Ibérica siglos antes de Cristo, son parte de la historia cultural, económica y artística europea. No obstante, un espectro recorre Europa, el espectro del antisemitismo.

Héctor Camargo

De los suburbios de Marsella a los estadios de fútbol en Polonia, pasando por las calles de Berlín, el fantasma del antisemitismo resurge. Lentamente, sus prejuicios se vanalizan y día a día ganan nuevos espacios políticos y mediáticos.

El concepto de antisemitismo se refiere tanto a los prejuicios y calumnias como a los miedos y resentimientos en contra de cualquier persona de origen judío. Hay otros pueblos -como los árabes- que también pertenecen -lingüística y étnicamente- al grupo de los semitas. Por lo que sería más apropiado decir: judeofobia y no antisemitismo. No obstante, el antisemitismo se ha asentado como una categoría conceptual, cultural y sicológica del ethos moderno. Siendo la religión, la raza y la nación las figuras más emblemáticas que reflejan las formas históricas de antisemitismo.

ANTISEMITISMO IDEOLÓGICO
Este es el antisemitismo tradicional, propio de los radicales de extrema derecha y de la tradición fascista. Apuntemos que el significado de antisemitismo, como ideología política, fue asentado por el periodista alemán Wilhelm Marr -quien en 1879 fundó la “Liga Antisemita”-, y denota claramente el sentimiento de odio hacia los judíos. Marr publicó también el “Triunfo del Germanismo sobre el Judaísmo”, que es un  panfleto que se convirtió en el recetario ideológico de la extrema derecha.

Paulatinamente esta forma de antisemitismo se convirtió en la ideología oficial de las formaciones políticas organizadas, particularmente de nazis y, hoy en día, de los neo nazis europeos y norteamericanos -con el White Supremacy. Pero, también de algunos grupos islamistas -sobre todo los llamados Salafistas- residentes en los países europeos, particularmente en Alemania e Inglaterra.

HENRY FORD
El famoso empresario Henry Ford fue, de este lado del Atlántico, un apóstol del antisemitismo. Durante la Primera Guerra Mundial Ford se presentó como un pacifista, pero después adhirió a la ideología tradicional de la ultra derecha. Y para propagar sus prejuicios antisemitas compró, en 1920, un periódico The Independent. Él es también el autor de un panfleto intitulado: “El Judío Internacional”. En este texto el magnate norteamericano hace la apología de los prejuicios antisemitas.

Es por su antisemitismo que las ideas de Ford, durante la consolidación del nazismo en Alemania, fueron bienvenidas al grado que, en 1938, fue condecorado por el régimen nazi. Ciertamente, Henry Ford es el único norteamericano que influyó en la consolidación de la ideología nazi, razón por la que Hitler –aparte de tener colgada su foto en su oficina- lo menciona como ejemplo de inspiración.

LOS PROTOCOLOS DE LOS SABIOS DE SION
Ford no solo publicó sus ideas antisemitas sino también publicó uno de los textos más fantasmagóricos que se ha escrito en contra de los judíos: Los protocolos de los sabios de Sion. Los Protocolos es un libelo antisemita que fue publicado por primera vez en Rusia, en 1902. Su objetivo era el justificar la persecución y las masacres en contra de los judíos en la Rusia zarista.
En Los Protocolos se habla de una, supuesta, conspiración judía para dominar el mundo. Desde 1921, se sabe que es un documento falso, un plagio de un texto francés, realizado por la policía secreta rusa. No obstante, en la actualidad todavía hay mucha gente que –como Hitler y los nazis- continúa citando y repitiendo las falsedades de Los Protocolos. Es un hecho que en muchos países árabes Los Protocolos se siguen publicando, difundiendo y leyendo como lectura obligatoria.

ANTISEMITISMO SUBLIMINAL
Esta forma de antisemitismo está conectada a la conciencia colectiva o psicología de las masas. Y es el reflejo de los miedos, envidias, celos, frustraciones y mitos colectivos. Esta forma de antisemitismo es, por su irracionalidad, la más antigua y tiene un sólido trasfondo religioso. Y sus orígenes históricos se remontan, lamentablemente, al Cristianismo.

Debido a que durante toda la Edad Media, el Cristianismo propagó la acusación del deicidio y puso a los judíos como responsables de la muerte del Cristo. El Papa Inocencio IV, sobresalió por perseguir a los judíos de manera oficial. Entre las prohibiciones promulgadas por él había algunas que rebasaban el buen sentido común. Era prohibido, por ejemplo, tomar medicina o beber vino preparado por manos judías. Además, y como antecedente a la Estrella que posteriormente los nazis impondrán a los judíos, este Papa obligó a que éstos vistieran una marca distintiva en su ropa. Esto era para que los cristianos los reconocieran y los evitaran.

ANTISEMITISMO RACIAL
Esta forma de antisemitismo, con el mito de raza superior-inferior, es el producto del surgimiento del Estado-nación en el siglo XIX. Es un antisemitismo propagado por los partidos de extrema derecha europeos –franceses y alemanes- a finales del siglo XIX y la primera mitad del XX. Este antisemitismo insiste en que los judíos son, ante todo, una raza o etnia y no un grupo que se identifica con una religión: el Judaísmo.

La fórmula racista, fundamentada en las teorías socio-biológicas del Eugenismo, consiste en poner dos razas en contraposición: La raza aria frente a la semita. Los arios son, por supuesto, vistos como la raza superior y representada por los europeos del norte. Mientras que los semitas son considerados la raza inferior. El libro de Hitler, Mi lucha, se ha convertido en el catecismo de todos los neofascistas que pregonan la superioridad de la raza aria frente al resto de la humanidad.

Las leyes nazis de 1941, respecto a la Solución Final de la Cuestión Judía, que serán el inicio del Holocausto o Shoa, representan el doloroso ejemplo de la puesta en práctica de este antisemitismo que, aparte de exterminar a millones de seres humanos, pasará a la historia como un trágico ejemplo del grado de barbarie extrema del que nuestra sociedad moderna puede ser capaz.

ANTISEMITISMO MEDIÁTICO
Este tipo de antisemitismo representa la mezcla de las formas precedentes y yuxtapone prejuicios religiosos, raciales, económicos, entre otros. El antisemitismo moderno es también conocido como Ideológico-mediático y es el que, hasta la saciedad, propaga el mito de la Dominación mundial por parte de los judíos. El Internet es un espacio inundado por este tipo de antisemitismo. .

Los orígenes de este antisemitismo se remontan – paradójicamente- al ámbito de círculos políticos izquierdistas de la década de los años 80. Dichos grupos repudiaban la política de los EE.UU. en el Medio Oriente; al tiempo que le hacían la corte a cualquier grupo político que estuviera en contra de la Casa Blanca, de su política exterior y de sus aliados. Y no está por demás subrayar que Israel era –y es todavía hoy- el principal aliado de los Estados Unidos en el Medio Oriente.

Eso fue jugar con fuego, algo irresponsable. Debido a que, poco a poco, se fue mezclando el antinorteamericanismo con antisemitismo de los otros. El producto final fue una forma de antisemitismo disimulado. En la actualidad, en Europa, este antisemitismo lo propagan grupos de emigrantes de origen árabe, quienes predican la xenofobia, la intolerancia y la destrucción del Estado de Israel. A la vez que, sin ningún ápice de racionalidad, cuestionan el Holocausto mismo.

ANTISEMITISMO CARIBEÑO
Este antisemitismo es una copia del europeo, tanto en sus prejuicios como en su acusaciones hacia los judíos. Las cantaletas son aquí y allá las mismas: “Los judíos dominan el mundo”, “Los judíos controlan las finanzas internacionales”. Un buen ejemplo de este antisemitismo -que canta al compás de la salsa y del ron cubano- son las afirmaciones del difunto Hugo Chávez. En efecto, Chávez, al compás del neofascista y negacionista Ernesto Ceresole, son las dos voces periféricas que, en Tempo di Allegro, consolidan una estridente Cacofonía Antisemita.

«El mundo –afirmó Chavéz- tiene para todos, pues, pero resulta que unas minorías, los descendientes de los mismos que crucificaron a Cristo, los descendientes de los mismos que echaron a Bolívar de aquí. Una minoría se adueñó de las riquezas del mundo, una minoría se adueñó del oro del planeta, de la plata, de los minerales, de las aguas, de las tierras buenas, del petróleo, de las riquezas, pues, y han concentrado las riquezas en pocas manos …»

Frente a tales afirmaciones, vale la pena recordar que el antisemitismo actual no es nada nuevo, sino muy viejo. Pues en estos últimos 2000 años de historia los judíos –y posteriormente el Estado de Israel- han constantemente vivido bajo el miedo, la persecución, el exterminio y la guerra. Los hechos del pasado hablan por sí mismos.

En el año 70 Roma y sus legionarios destruyeron, saquearon y quemaron Jerusalem. Luego, durante la oscurantista Edad Media, los Pogromos estuvieron a la orden del día. Más tarde, la España imperial –esa de los Reyes Católicos- persiguió, y quemó vivos a cientos de judíos, no sin antes confiscarles sus bienes y dinero. La tenebrosa Inquisición, bajo las órdenes del gran sadista e inquisidor Tomás de Torquemada, se enriqueció con el dinero de los judíos a quienes expulsarán de la Península Ibérica en 1492. Del lado protestante, el antisemitismo fue menor, pero no menos grave. Calvino –Padre de la Reforma Protestante en Suiza- torturó y quemó vivo al teólogo, geógrafo, jurista, astrónomo y médico judeo-español Miguel Servet.

Luego, los hechos ocurridos durante la Segunda Guerra Mundial –la Shoa- son, gracias al cine y a la televisión, mejor conocidos por el público en general. Mucha gente sabe algo sobre las atrocidades cometidas por Hitler. Los nazis, aparte exterminar gitanos, comunistas homosexuales y a casi seis millones de judíos, acabaron de tajo con toda la vida y tradición cultural judía que por muchos siglos había contribuido al desarrollo intelectual, artístico y económico de Europa.
De tal manera, sería positivo preguntarse lo siguiente: ¿Qué han dado los judíos a la ciencia, a la filosofía, al arte y, en general, a la cultura universal? La respuesta es fácil y únicamente hay que recordar algunos nombres famosos: Espinoza (filósofo); Mendesohn Bartoldi (pianista); S. Freud (Padre del Sicoanálisis); Marc Chagall (Pintor); A. Einstein (Nobel de Física); H. Bergson (filósofo y Nobel de Literatura); B. Pasternak (Nobel de Literatura); Milton Friedman (Nobel de Economía); A. Solzhenitsyn (Nobel de Literatura); Dustin Hoffman (actor); Bob Dylan (músico); Woody Allen (Cineasta) y como la lista es larguísima mejor agreguemos un largo etc.

Por ello, paciente lector-a, cada vez que escucho a alguien decir: “Los judios dominan el mundo”; respondo: ¡Qué bueno! Pues gracias a tantos judíos famosos la humanidad tiene un acervo científico, cultural y artístico enorme.