Antisemita o proisraelí­


Faruq Hosni, ministro egipcio de Cultura y candidato a liderar la UNESCO. FOTO LA HORA: AFP CRIS BOURONCLE

El ministro de Cultura egipcio, Faruk Hosni, defiende su controvertida candidatura para dirigir la UNESCO, combatiendo acusaciones de antisemitismo en el extranjero y en su paí­s ataques que lo tachan de muy conciliador hacia Israel.


La candidatura «descansa sobre una filosofí­a de base: la reconciliación entre los pueblos», aseguró el ministro.

Hosni, que como ministro se ha mostrado desfavorable a una completa normalización de las relaciones entre Egipto e Israel mientras éste no firme la paz con los palestinos, asegura que si dirige la UNESCO hará de esa instancia «un lugar de acercamiento para toda la región, sin excepción».

Faruk Hosni estará a partir del jueves en Parí­s para defender su candidatura ante los 58 miembros del Consejo Ejecutivo de la Organización, que se reúnen del 7 al 23 de septiembre para elegir al futuro director general, entre una decena de candidatos.

Algunas tomas de posición antiisraelí­es de Hosni provocaron malestar en numerosas cancillerí­as, sobre todo después de que dijera en 2008 que «él mismo quemarí­a» los libros israelí­es que encontrara en las bibliotecas egipcias.

Personalidades judí­as como el Nobel de la Paz Elie Wiesel o el escritor francés Bernard-Henri Levy se indignaron por su posible llegada al frente de la Unesco, y consideraron que no era la primera vez que hací­a una declaración «nauseabunda».

Un reciente artí­culo en la prestigiosa revista estadounidense Foreign Policy consideró la candidatura «escandalosa» y acusó a Hosni de hacerse eco de la «judeofobia rampante» en los cí­rculos intelectuales egipcios.

Tras su ruidosa declaración, Hosni sigue esforzándose por calmar los ánimos.

«Fue parte de una disputa con un fundamentalista islamista en los pasillos del Parlamento. Lo dije como podrí­a haber dicho «Vete al infierno». En el mundo entero se dicen cosas así­. Es una frase sacada de su contexto», asegura.

«Si yo fuera antisemita, ¿por qué habrí­a emprendido la restauración de las sinagogas del paí­s desde 1998?», dice. Y promete que si dirige la UNESCO, ir a Israel no será para él «ningún problema».

Pero las declaraciones de Hosni, ministro de Cultura desde hace 22 años, le valen también crí­ticas en Egipto, donde algunos lo acusan de complacencia hacia Israel, paí­s que dijo que no se opondrá a su candidatura.

«Estoy muy enfadado con él. El hecho de que se excuse de esa manera me hiere», afirmó el poeta egipcio Abderrahman al Abnudi en la revista progubernamental Al Musawwer.

Ya el pasado año, 26 intelectuales egipcios denunciaron «una sumisión humillante a las exacciones israelí­es para un provecho personal», después de que el ministro acordara una entrevista a un diario israelí­.

Pese a esta polémica, Hosni estima tener ya el apoyo de 32 paí­ses, entre los 58 miembros del Consejo ejecutivo de la UNESCO. Prudente, advierte sin embargo que «en toda elección hay que ser desconfiado hasta el final».