Anticipan “premio nocivo” del Día del Periodista a un grupo de cazanoticias


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En esta fecha –30 de Noviembre– estamos celebrando el Día del Periodista en el Instituto de Previsión Social del Periodista y en la Asociación de Periodistas de Guatemala (APG), precisamente.

Estamos alegres los elementos del maltrecho Cuarto Poder, algo optimistas, pero a la vez algo pesimistas. ¡Y no es para menos!…

Marco Tulio Trejo Paiz


Hace unos días, en las vísperas de nuestro día de días, un grupo de cazanoticias de diferentes medios de comunicación escritos, radiales y televisados, cuando se disponían a pescar la noticia sobre la primera declaración de un reo en la Torre de los Tribunales, fueron atacados por agentes de la Policía Nacional Civil, lanzándoles gases –pimienta, asaz nocivos, para dispersarlos y, así, impedirles el cumplimiento de su función informativa. ¡Qué tal! ¡Bendita sea la libertad de acceso de la Prensa a las fuentes de información!  

El presidente de la República, general Otto Pérez Molina, se comprometió en la APG (cuando transcurría  la segunda vuelta electoral después de haber ganado la posición de supremo mando en la primera ronda) a garantizar el ejercicio de los periodistas, sin restricciones de índole alguna, pero como que los policías se dan el lujo de irrespetar las decisiones de la altura oficial.  ¡Lamentable, sumamente lamentable! 

Otra vez, como en otras ocasiones, la acción policial podría aguar la fiesta alegre de los periodistas, pero… ¡nada de problemas! Es de esa manera como se escribe la triste historia de y contra la prensa nacional…

Hubo un tiempo, no tan lejano que se diga, en que por cualquier “quítame ahí esas pajas”, como suele decirse entre el vulgo chapín, los cazadores de perrachicas y todos los demás que ejercen fielmente el deber de informar y opinar sin palabras perfumadas acerca del diario acontecer a la sociedad, eran perseguidos, detenidos y desaparecidos, como si se los hubiese tragado la tierra. Algunos colegas, en su mayoría en plena juventud, aparecieron, solo que muertos en cunetas y malezas con señales de torturas y acribillados a balazos.

Démonos un afectivo apretón de manos, un fuerte y fraternal abrazo en este nuevo Día del Periodista, estimados colegas y amigos que caminamos en rutas riesgosas. Brindemos una copa, una copa escanciada de vino para atenuar el pesimismo y recobrar el optimismo frente al presente y al futuro que a lo mejor puede ser como un bello amanecer de esperanzas cifradas en la normalidad y, sobre todo, en la comprensión de nuestro ejercicio por los enemigos de la verdad, de la realidad de realidades de todo el ámbito guatemalteco y, aun, internacionalmente.

Ante la situación de inseguridad que desgraciadamente impera en todo o en casi todo el país, merced al libertinaje, a la violencia y al salvajismo en sus diversas manifestaciones, debemos los periodistas profesionales ser realistas para comprender que no debemos extralimitarnos en la información y, sobre todo, al externar opiniones sobre tales o cuales asuntos que se captan cotidianamente.

Por eso que decimos: no hay que tornarnos pusilánimes como para soslayar específicamente nuestro periodismo con eficiencia, justicia y ética. ¡Seamos realistas, seamos realistas –recalcamos–, frente al escenario que vivimos oteando, contemplando desde distintos ángulos de apreciación y analizándolo con detenimiento conforme al profesionalismo y para satisfacer a la masa de lectores, de radioescuchas, de televidentes y demás gente ávida de noticias y opiniones que demandan con exigencia Adán y Eva…     

Este Día del Periodista no es sólo de camaradería y regocijo, sino también muy propicio para la  meditación profunda sobre lo que transcurre en este patio centroamericano ordinaria y extraordinariamente, porque muchos hechos noticiables, periodísticamente hablando, pueden estar grávidos de importancia para tirios y troyanos.

¡Salud, vida y mil felicidades, dilectos colegas y amigos, en los escabrosos caminos de Chapinlandia y del exterior!!!