Año Nuevo sí­, próspero no


En la presente semana concluye el año calendario 2008. Quienes realicemos una evaluación personal del mismo sabremos si nuestras actitudes, nuestros procederes; es decir, nuestros actos y pretensiones se obtuvieron, si el balance de los hechos nos deja la tranquilidad, el conocimiento, la satisfacción de haber podido realizar acciones y pretensiones que hayan valido la pena a cambio de ese año de nuestra vida que ha transcurrido y concluido para siempre.

Juan Francisco Reyes López
jfrlguate@yahoo.com

También en esta semana se inicia el año calendario 2009. Es un nuevo año, nos agrade o no las perspectivas a nivel mundial, a nivel latinoamericano, centroamericano y de paí­s se ven complicadas. Pocas serán las nuevas empresas que se crearán, menos aún serán las plazas de trabajo que se ofrecerán a nuevas personas que se incorporan a la oferta de recurso humano en nuestro paí­s.

Miles de miles de guatemaltecos, mujeres y hombres, se verán impulsados a inmigrar sabiendo los riesgos, el enorme sacrificio que significa emprender un camino que no es fácil, que no es simple, que los aleja de la tierra que los vio nacer, dejando atrás vivencias, experiencias y, más importante aún, seres queridos. Es precisamente el amor lo que los impulsa al sacrificio.

Los guatemaltecos por primera vez en su historia se ven compelidos a inmigrar, no lo hacen por placer, lo hacen buscando, luchando por una oportunidad, por la posibilidad de una vida mejor para ellos, para quienes se quedan en el terruño. Esta situación fue la misma que impulsó a inmigrar a millones de europeos en el siglo XIX y aún en los inicios del siglo XX.

Cuántos millones de españoles vinieron a América, partieron a Australia e inclusive al ífrica, varios de ellos lograron su objetivo, hoy sus descendientes son parte de la supercúpula económica, aunque sus nombres ahora hayan sido adjudicados a fundaciones, a instituciones, a edificios, estos dignos inmigrantes saben que fue el paí­s a donde llegaron el que les abrió los brazos, el que les permitió la posibilidad de convertirse en empresarios multimillonarios, pero que haya en Asturias, de donde partieron la mayorí­a, de donde dejaron sus raí­ces y ancestros, existe una modesta propiedad, una pequeña casa de donde salieron en la búsqueda de la oportunidad que Guatemala les dio.

El nuevo año difí­cilmente será próspero, por esa razón es que el Estado debe de realizar los mayores esfuerzos para cumplir con sus fines y deberes. Garantizando a los habitantes de la República la vida, la libertad, la justicia, la seguridad, la paz y el desarrollo integral de la persona.

Enunciar estas tareas plasmadas desde el inicio en la Constitución de la República es mucho más fácil que llevarlas a la realidad. Cómo materializarlas es cumpliendo y respetando las normas legalmente vigentes, en lo laboral reconociendo que los derechos adquiridos por todas las personas que se dedican a un trabajo no pueden menoscabarse, que si deseamos el mantenimiento y en algún grado el desarrollo familiar en estos tiempos de crisis, los salarios deben ser justos, las prestaciones deben ser respetadas porque pretender mantener o incrementar la pobreza y la extrema pobreza con la argucia que eso permitirá aumentar en algún porcentaje la oferta laboral no es cierto.

El Estado debe de cuidar que los impuestos sean justos, que la carga tributaria cada dí­a más sea directa y no indirecta, que el bienestar descanse en el ingreso salarial individual que le permita al ser humano, con dignidad, proveer a su familia; haciendo muchos pescadores sin olvidar los programas de asistencia social.