En los próximos meses los partidos políticos estarán definiendo sus plataformas electorales para el año próximo porque con todo y que la ley electoral prohíbe hacer campaña antes de la convocatoria a elecciones, ya sabemos que el proselitismo no observa tales reglas y de hecho desde ahora, aún sin que se hayan definido formalmente las nominaciones, ya los aspirantes están en plena campaña. Y en realidad no se esperan sorpresas importantes porque de una u otra manera los partidos políticos responden a los intereses de sus dueños y por ello es que todos, incluyendo al oficialismo, tienen ya definidas las candidaturas.
Obviamente por el lado de la llamada oposición hay que ver que los Patriotas no cambiarán a su candidato y que el globo de que podrían postular a la diputada Baldetti para enfrentar a la esposa del Presidente no pasa de eso, puesto que Otto Pérez es el dueño de la ficha y no van a desperdiciar la valiosa inversión de la pasada campaña en la que dieron a conocer a su candidato por todo el país. Lo mismo puede decirse del recién creado partido ViVa, del pastor Caballeros, toda vez que es un instrumento político creado no como partido político en el sentido estricto, sino como una plataforma diseñada única y exclusivamente para servicio de las ambiciones del predicador religioso. Y en la UNE no cabe la menor duda de cuál es la decisión, puesto que de hecho todo, incluyendo la forma de gobernar, gira alrededor de los intereses de la candidatura de la señora Sandra Torres de Colom y es obvio que los programas de Cohesión Social son la punta de lanza de su campaña que pretende darle por primera vez la oportunidad a un partido de gobierno para continuar por otros cuatro años. En mi opinión será esa candidatura la que marque el tono de toda la contienda electoral en los próximos meses, puesto que por los recursos públicos que se moverán en el entorno, se convierte sin duda en una opción muy fuerte que los otros aspirantes tendrán que enfrentar desde ya. Además, hay que entender que es al mismo tiempo una candidatura polarizadora ante la que no hay posturas de indiferencia. Sus seguidores irán con todo para impulsarla a la Presidencia y el resto de la población hará lo que haga falta para impedirle el triunfo porque la esposa del Presidente genera ese tipo de reacciones. No es, para nada, una figura de conciliación y concertación, sino más bien de confrontación y eso es parte de la personalidad de la candidata, quien ha dado abundantes muestras de que no andará con contemplaciones a la hora de enfrentar a sus adversarios y especialmente a los grupos de poder económico que para nada se sienten cómodos con la posibilidad de que la señora de Colom pueda continuar ejerciendo el poder. Lo que es absolutamente cierto es que todo candidato oficial corre con un alto desgaste por efecto de las decisiones de gobierno y en el caso de la señora Torres de Colom en sentido real se puede hablar de una auténtica reelección porque todo mundo entiende que ella es el poder tras el trono en el período actual y quien toma las decisiones más delicadas. Y también se entiende que si llegara a la Presidencia, su esposo no tendría, ni por asomo, la influencia ni mucho menos el poder que ella ostenta en la actualidad.