El gobierno de «gran coalición» de íngela Merkel celebra discretamente hoy su primer año en el poder en Alemania, entre éxitos en el escenario internacional y un balance moderado en el plano interno.
Merkel, de 52 años, cuya carrera política la impuso en la dirección de la Unión Demócrata Cristiana (CDU), se convirtió en la primera mujer canciller de la historia alemana. La canciller trazó un balance positivo de estos primeros 12 meses de gobierno en un mensaje pronunciado ante el parlamento federal (Bundestag).
«Tras años de estancamiento, el país experimenta nuevamente una reactivación», dijo la canciller ante los diputados de la cámara baja legislativa alemana.
Hace un año, Merkel fue elegida canciller por aplastante mayoría del Bundestag, tras dos meses de intensas negociaciones políticas entre democristianos (CDU/CSU) y socialdemócratas (SPD) que concluyeron en una alianza entre las dos principales fuerzas políticas de Alemania.
íngela Merkel, una científica protestante de la ex República Democrática Alemana, formó el gobierno y nombró como vicecanciller al ex presidente del SPD, Franz Muentefering.
El gobierno de gran coalición «ha hecho más en 12 meses que otros gobiernos durante años», afirmó Merkel en una entrevista publicada este miércoles por el diario de gran tirada Bild.
El balance de reformas en el plano interior está lejos de ser nulo, pero quedó mitigado por la necesidad de alcanzar compromisos entre los dos campos, como en el proyecto de reforma del sistema de salud, presentado como una transformación esencial para el país.
Las divergencias de puntos de vista sobre las reformas necesarias en el mercado laboral son el talón de Aquiles de la gran coalición.
Esta es sin duda la razón por la que sólo 35% de los alemanes tiene confianza en el gobierno de Merkel para combatir eficazmente el desempleo, pese a su disminución por debajo del umbral de 10% de la población activa en octubre.
La canciller defendió una vez más sus reformas de austeridad con vistas a reducir el déficit crónico de Alemania.
«Tuvimos que poner orden en el presupuesto. Economizar duele. Sé también que imponemos más cargas a los ciudadanos con el aumento al impuesto al valor agregado» (que sube de 16% a 19% el 1 de enero de 2007).
«Pero gracias a esta batería de medidas tenemos ahora un presupuesto sólido y el nuevo endeudamiento será el más bajo desde la reunificación alemana» en 1990, agregó.
«Cuando la gente vea que sus esfuerzos han tenido efectos positivos sobre el crecimiento, el empleo y la lucha contra el endeudamiento público, los sondeos de opinión volverán entonces a la normalidad», afirmó Merkel.
En un año de gobierno, íngela Merkel adquirió ya estatura internacional, desde Moscú a Washington, pasando por París, Bruselas, Varsovia y Pekín, imponiéndose por su estilo directo, firme, aunque al mismo tiempo atento a sus interlocutores.
Merkel se prepara para asumir el 1 de enero la doble presidencia del G8 (los siete países más ricos del mundo y Rusia) y de la Unión Europea (UE), mientras muchos de sus principales interlocutores se han debilitado, en Washington, Londres, París y Roma especialmente.
En su entrevista con Bild, la canciller, elogiada por su capacidad de trabajo, trazó asimismo un balance positivo en el plano personal. «Estoy muy contenta de que mi marido y yo hayamos tenido éxito en conciliar la política y la vida cotidiana. El desayuno que preparo para nosotros es siempre el mismo, todos los días».