Más de 40.000 personas asistieron el lunes a un funeral masivo en el poblado oriental bosnio de Srebrenica con ocasión del 16to aniversario de la peor matanza de civiles en Europa desde la era nazi.
SREBRENICA / Agencia AP
Tras una ceremonia y una plegaria colectiva en el centro conmemorativo que contiene más de 4.500 tumbas con los restos de los musulmanes civiles masacrados en Srebrenica, sobrevivientes y voluntarios alzaron 613 ataúdes cubiertos con paño verde y los trasladaron hasta una nueva sección llena de fosas recién excavadas. El más joven de los enterrados el lunes fue un niño de 11 años y el mayor un anciano de 82.
Más de 8.000 musulmanes entre niños y hombres adultos fueron ejecutados por fuerzas serbias —encabezadas por el presunto genocida recientemente detenido Ratko Mladic— tras ser sacados de la aldea custodiada por fuerzas de las Naciones Unidas, mayormente holandesas, en julio de 1995.
Centenares de manos tocaron los ataúdes cuando fueron pasados sobre sus cabezas. Varias mujeres se desmayaron en el momento en que una voz masculina comenzó a leer los nombres de las víctimas.
En julio de 1995 unos 30.000 residentes de Srebrenica, musulmanes en su mayoría, acudieron a una base militar de la ONU situada en un suburbio de esa población, Potocari. Empero, cuando llegaron las fuerzas serbias, los soldados holandeses les abrieron las puertas de acceso sin disparar un solo tiro.
Los soldados serbios separaron a sus víctimas por género y se llevaron a los hombres y muchachos hasta el lugar donde perpetraron la matanza.
Unos 15.000 residentes intentaron escapar dirigiéndose hacia el territorio controlado por el gobierno de Bosnia, a través de las montañas. Muchos de ellos fueron abatidos por los serbios. Sus cadáveres y los de los que buscaron el amparo de las Naciones Unidas fueron enterrados en fosas comunes.