Fue un año histórico para el tenis alemán: tras los cuatro Grand Slam y el oro olímpico de Steffi Graf, Alemania conquistó en 1988 su primera Copa Davis de la mano de Boris Becker y Carl-Uwe Steeb. La hazaña de hace 25 años contrasta con un presente sin grandes estrellas y ante una dura serie de Davis frente a España.
La primera de las tres Ensaladeras ganadas por Alemania llegó un sábado 17 de diciembre y en tono heroico: Suecia afrontaba la final de local en Göteborg y como claro favorito gracias a la figura descollante de Mats Wilander, número uno del mundo, que venía de ganar tres de los cuatro Grand Slam ese año.
El propio Wilander abrió la serie ante Carl-Uwe Steeb, entonces número 74 en el ránking. «Había muchas razones para decir que Charly no tenía ninguna posibilidad de ganar. Pero en la Davis nunca sabes qué ocurrirá», recordó el croata Niki Pilik, capitán de aquel equipo, en diálogo con la agencia dpa.
Nada define mejor lo ocurrido en ese primer punto de la serie. Steeb perdió los primeros dos sets y en el quinto y definitivo llegó a estar 5-2 abajo. Remontó un «match point» de Wilander y silenció a los 12.000 espectadores imponiéndose por 8-10, 1-6, 6-2, 6-4 y 8-6 en más de cinco horas de pelea.
«No podía haber más altibajos», recordó sobre el partido de su vida. Su amigo Becker, también de 21 años, lo alentó en cada pausa y prolongó la ventaja en su singles frente a Stefan Edberg, con el que había perdido la final de Wimbledon. Becker y Eric Jelen definieron la Copa el sábado ganando el dobles a Edberg y Anders Jarryd.
«Casi nadie creía que tuviésemos alguna posibilidad. Pero lo logramos gracias a una fuerza de voluntad increíble y al orgullo de jugar para nuestro país», resumió Pilic sobre ese 17 de diciembre de hace 25 años.
La suerte de los héroes de Göteborg fue diversa. Jelen mantuvo un perfil bajo y tras su retiro comenzó a entrenar a jóvenes talentos en la ciudad de Essen. Steeb volvió a los titulares este año tras verse forzado a dejar la vicepresidencia de la Federación Alemana de Tenis (DTB) por la insolvencia de su empresa de marketing deportivo.
Becker, entre tanto, se convirtió en una estrella mediática que da más que hablar por sus líos amorosos y sus disputas en Twitter que por su glorioso pasado en las canchas, tres títulos de Wimbledon incluidos.
El ex capitán Pilic lamenta que el tenis alemán siga sin encontrar una figura de la talla de Becker o de Michael Stich, ganador de Wimbledon en 1991 y del oro olímpico en Barcelona 1992. «Alemania tiene buenos jugadores, pero nadie con la calidad de un Becker o de un Stich», señaló a dpa.
La falta de una gran estrella es el principal obstáculo que el ex tenista de 74 años ve para las esperanzas de Alemania en la Davis, que comienza ante la poderosa España de Rafael Nadal o David Ferrer del 31 de enero al 2 de febrero en Fráncfort.
El veterano Tommy Haas, número 12 del mundo, y Philipp Kohlschreiber, número 22, ya anunciaron que quieren estar en el equipo capitaneado por Carsten Arriens, que podría completarse con Florian Mayer y otro integrante aún por definir.
«Si juegan Nadal y Ferrer y (Fernando) Verdasco en el dobles, Alemania no tiene grandes posibilidades», analizó Pilic. «Pero si Nadal no juega, queda alguna opción. Kohlschreiber y Mayer son buenos jugadores. Los españoles deben tener cuidado».
Pilic conoce bien el torneo: se sentó en el banquillo del equipo alemán que ganó las otras dos Davis (1989 y 1993) y también llevó a Croacia a ganar la Ensaladera en 2005.
También Steeb vio un escenario similar. Si los españoles cuentan con Nadal, número uno del mundo, «España es favorita y Alemania sólo podría dar la sorpresa», reconoció. «Pero como locales y con el público a favor creo que es posible».