¡Aní­mese, Presidente!


Si hay algo que el presidente Colom puede hacer para que se le recuerde como un agente de cambio en la historia es hacer la gestión polí­tica desde el Ejecutivo y apoyarse de la bancada oficial en el Congreso para despenalizar el consumo, comercio y producción de estupefacientes en Guatemala.

John Carroll S.

Desde hace varios años en cí­rculos familiares y de amigos he opinado que esta es la única solución a este problema. El problema de hecho se socializó cuando las autoridades decidieron ingenuamente que controlar estas sustancias era lo adecuado para el pueblo. Una vez más pecaron de arrogantes y estimaron ser más inteligentes que la mayorí­a y por lo tanto, como todo mundo es pobre y mula no sabe distinguir entre lo bueno y lo malo. Digo socializaron porque al momento de penalizar el consumo, el problema pasó de dañar a los que por voluntad propia deciden ingerir las sustancias a afectar a los individuos de la sociedad con balaceras de fuegos cruzados, con los altos costos de los controles financieros y por supuesto el altí­simo costo que tiene el intento de combate al narcotráfico.

Las mafias creadas alrededor de estas actividades ilegales nos están costando más caro, mucho más, que el efecto que pudiera tener en las personas adictas o usuarios casuales. Para decirlo de forma más clara y directa mi opinión es que la gente se atore lo que se le dé la gana, en las cantidades que se le dé la gana y con la frecuencia que se le dé la gana.

Muchos con los que discuto este tema aceptan la propuesta pero indican que no podrí­a hacerse sin una decisión multilateral, de varias naciones a la vez. No estoy de acuerdo, yo digo que tomemos la decisión de manera unilateral, esto empujará a otros a tomar la decisión y pronto se derrumbará el «cártel» legal y polí­tico que sostiene el negocio.

Mientras tanto gozarí­amos de un interesante flujo de capital de todos aquellos narcotraficantes tratando de vivir una vida tranquila y empezando a cambiar el uso de sus capitales a negocios de otra í­ndole generando empleos y progreso para el paí­s.

Estoy convencido que de tomarse esta decisión, en pocos años estaremos admirando a empresarios y lí­deres emprendedores como hoy en dí­a opinamos de algunos empresarios y ejecutivos de empresas licoreras, cerveceras, tabacaleras, cafetaleras, azucareras y de comida chatarra.

Empresas que producen productos nocivos para la salud y que han surgido y crecido derivado de los gustos y preferencias de los consumidores. En este caso estarí­amos hablando de grandes empresas nacionales e internacionales productoras y comercializadoras de estupefacientes.

Ya no les llamaremos narcotraficantes, ahora serán narcocomerciantes y nuestras vidas cambiarán para siempre y las de ellos también dejarán de asesinar y cometer delitos y se nivelará el campo de la competencia, como en el campo de las sustancias legales será exitoso el más trabajador, el más creativo y sobre todo el más productivo.

Le invito a ver la nueva serie de HBO «Boardwalk Empire» a partir del domingo 17 de octubre. El contexto es el EE.UU. de los 1920 a partir de la vergonzosa decisión de sus autoridades de prohibir las bebidas alcohólicas.

Le dejo el reto al Presidente, cuando quiera lo discutimos, eso sí­ con un cigarrito y un guarito para que entendamos mejor de qué estamos hablando. ¡Aní­mese!