Las irregularidades del servicio de energía eléctrica están causando problemas a la masa de usuarios.
Los apagones se están sucediendo de día y de noche a cada rato, y eso daña los artefactos que funcionan con la electricidad. Los televisores, los sistemas de computación, los radiorreceptores, las refrigeradoras, los microondas, las licuadoras, etcétera, muchas veces se arruinan por completo y, entonces, la gente sufre serias consecuencias, incluso al promover las gestiones de reparación o de resarcimiento ante la empresa responsable de los perjuicios, que es la que reemplazó a la Mami que abandonó Papi K-Listo…
¿Qué estará pasando en el complejo de instalaciones de la empresa eléctrica? ¿Habrá severos daños en las plantas generadoras de la fuerza motriz o qué?
Lo cierto es que se ha tornado irregular, muy irregular, el servicio de electricidad, lo cual siempre ha ocurrido, pero no tan seguido ni en tremendas «andanadas» como en los últimos días o semanas.
Cuando se decidió privatizar varios entes del patrimonio estatal se pensó que las cosas cambiarían positivamente, pero no ha sido así. No sólo hay deficiencias, sino también cobros excesivos que afectan la economía de miles o millones de usuarios.
No vamos a negar que la privatización de tales entes ha motivado, en algunos aspectos, la superación de los servicios. Debemos reconocerlo en obsequio de la realidad y de la justicia. Por ejemplo, la electricidad está teniendo cobertura a nivel nacional en beneficio de centros urbanos y rurales hasta de recónditos lugares del país. La telefonía ha mejorado, sobre todo en lo que hace a la extensión. Ahora los mortales que rumian pobreza se ven por aquí y por allá usando los teléfonos celulares, lo cual no ocurría cuando el Papá Estado, que es mal administrador y servidor, suministraba dicho servicio de comunicación.
Pero recalquemos en el tema. Los apagones de la empresa eléctrica se vienen sucediendo con mucha, pero con mucha frecuencia, y eso ya está pasando de castaño a oscuro. Debe tomar las medidas pertinentes esa compañía privatizada para evitar perjuicios, molestias y airadas protestas de la enorme masa de usuarios. No más apagones, ¡por favor y, para luego, es tarde!