Analizan las reservas de atún



La crisis por la escasez de atún, que amenaza las reservas en el Pací­fico, principal zona pesquera de esta especie, centra la conferencia regional inaugurada hoy en la isla de Guam (Estados Unidos) en presencia de representantes de unos cuarenta paí­ses.

La reunión de la Comisión Pesquera del Pací­fico Central y Occidental, que durará toda la semana y en la que participan los paí­ses insulares del Pací­fico y los grandes estados pesqueros, se propone mejorar las medidas de conservación de las reservas de atún.

«Creemos que aún estamos a tiempo de que esta comisión consiga cambiar las cosas para salvar nuestra pesca y nuestro futuro», declaró por teléfono Tagi Toribau, miembro de la delegación de la organización ecologista Greenpeace en las islas Fiyi.

El apetito de Japón por el sashimi, un manjar elaborado con pescado de alta calidad, y por el consumo de atún en conserva, debido a su alto aporte proteico a buen precio, trajo consigo la caí­da de las reservas en la mayorí­a de los océanos del planeta.

Pero es en el Pací­fico Central y Occidental donde realmente la situación es dramática. En esta zona la pesca atunera representa para muchos paí­ses la única entrada de ingresos y la principal fuente de alimentación para las poblaciones locales.

Y eso a pesar de que actualmente, en licencias pesqueras, estos pequeños paí­ses deben conformarse con entre el 5 y el 6% de los 3.000 millones de dólares anuales que generan estas capturas en la región.

Según la Comisión, el atún «patudo», conocido también como atún obeso, y la albacora, un atún más utilizado para los enlatados, son las dos especies más amenazadas, por lo que se requieren medidas de reducción de las capturas en un 25% y un 10% respectivamente, explicó por teléfono a la AFP Andrew Wright, director de la Comisión pesquera.

Las reservas de barrilete, una especie de atún rojo más extendida y de menor valor, gozan de mejor salud.

Japón, Taiwán, Corea del Sur y otros grandes paí­ses alejados de esta zona del Pací­fico faenan las aguas en busca de atún rojo con naví­os sofisticados cuya capacidad puede alcanzar las 10.000 toneladas anuales.

Estos buques, que se llevaron el año pasado el 72% de las capturas de la región, pescan indistintamente atunes patudos o albacoras de pequeño tamaño.

Según la organización ecologista Greenpeace, para mantener las reservas habrí­a que reducir hasta la mitad las capturas de atún en el Pací­fico Occidental y Central.