Transparencia Internacional situó a Guatemala entre los países más corruptos del mundo, con una puntuación de 29 sobre 100, y en el puesto 123 del ranking mundial, lo cual a consideración de analistas afecta seriamente la imagen del país a nivel internacional.
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Cristhians Castillo, del Instituto de Problemas Nacionales de la Universidad San Carlos, indica que en la sociedad guatemalteca, el fenómeno de la corrupción tiene implicaciones en lo público y en lo privado, y en muchos casos la corrupción privada es mayor a la pública.
A criterio de Castillo, con esta calificación se envía una señal a los inversionistas extranjeros, principalmente aquellos que tienen la tradición de sobornar Gobiernos para impulsar sus proyectos, que ven en Estados corruptos la posibilidad de obtener mayores ganancias en sus actividades, puesto que imponen sus reglas y permiten que se den acciones no solamente de corrupción sino de la violación de Derechos Humanos.
Además, dice que para que se dé la corrupción se necesita un ente corruptor, que por lo regular viene del sector privado, y un ente corrupto que se presta a la corrupción, que es alguien de la institucionalidad pública que efectúa esos actos.
Según Castillo la cultura o la estructura de valores en la sociedad es muy flexible, “somos muy maleables en la estructura axiológica en nuestro país, y eso nos permite en algunos momentos valorar acciones de los pícaros, quienes se van por la vía alterna de la legalidad y eso hace que seamos muy proclives a la corrupción”.
INVERSIONES DE MALA CALIDAD
Entretanto, Walter Figueroa, del Instituto Centroamericano de Estudios Fiscales (ICEFI), indica que teniendo esos índices de corrupción, el país atrae inversiones de mala calidad, entonces los inversionistas responsables cuando ven las calificaciones que obtienen los países, ven complicado el hecho de poder invertir en naciones que son corruptas, sobre todo por la estabilidad que puede tener la inversión en su territorio.
Figueroa dice que esta calificación también afecta la relación de Estado, es decir que toda la cooperación que en términos de relaciones internacionales pueda recibir Guatemala, también se ve afectada con esos índices.
Además indica que si Guatemala desea atraer inversiones estables y de calidad, por supuesto que no ayuda el índice, pero por otro lado existen empresas corruptas que están tratando de sobornar a las autoridades y efectivamente esas empresas dan seguimiento a ese tipo de calificaciones para ver dónde aprovechan sacar mayores ganancias a través de corromper a los gobiernos.
“Esas inversiones son las que como país, en términos de competitividad y crecimiento económico pensando el largo plazo, son las que no nos convienen”, entonces el tema aquí es mantener las inversiones de calidad y no inversiones que garanticen la corrupción.