A la espera de su nuevo disco, que está en fase de preparación, la cantante parece que intenta encarar el nuevo año encarrilando su carrera musical tras cuatro años luchando contra sus múltiples adicciones. Este pasado sábado se subía de nuevo al escenario en Brasil en el inicio de una mini gira de cinco días que comienza en el Summer Soul Festival de Florianópolis.
La última producción musical de Amy Winehouse es una versión del clásico de los años sesenta It»s my party, incluida en un disco del productor y compositor estadounidense Quincy Jones.
El 11 y 12 se presentará en Río de Janeiro, el 13 en Recife y el 15 cerrará su gira en Sí£o Paulo.
Winehouse llegó a tierras brasileñas el pasado miércoles. La polémica cantante se hospeda estos días en un lujoso hotel ubicado en el bohemio barrio carioca de Santa Teresa, que se comunica con el centro de la ciudad a través de un pintoresco tranvía. Rodeada por un equipo de 20 guardaespaldas se le pudo ver tomando el sol y relajándose en la piscina del hotel hace unos días en unas imágenes en las que se la veía bastante recuperada y con más kilos de los que suelen ser habituales en ella. En esta primera actuación su aspecto también fue bastante saludable.
El espectáculo que ofreció Winehouse contó, además, con la participación del músico Mayer Hawtorne y de la joven revelación del soul Janelle Monáe como teloneros.
La británica dio un anticipo de los nuevos temas que estarán incluidos en su nuevo disco.
La noticia sobre la vuelta a escena de esta diva del solu llegaba hace unos días a través de Twitter. «Amy Winehouse, Zalon, Heshima y la banda están ensayando para la gira por Brasil. ¡Prepárense! Canciones nuevas», señaló Zalon en su perfil de Twitter.