El ministerio público de Amsterdam desestimó ayer la demanda presentada por un grupo de protestantes holandeses extremistas en contra de la cantante estadounidense Madonna, acusada de ultraje a la fe por una escena del concierto de su gira mundial en la que aparece crucificada.

«La cantante Madonna no será procesada por blasfemia o ultraje a la fe», anunció el ministerio público a través de un comunicado.

La demanda, interpuesta tras dos conciertos de la cantante en septiembre pasado en Amsterdam, emanó del movimiento juvenil del pequeño partido de protestantes extremistas SGP, en respuesta a una escena en la que Madonna se arrodilla para luego despojarse de una corona de espinos, mientras una cruz es proyectada a su alrededor.

La secuencia de crucifixión «se puede prestar para distintas interpretaciones. El tribunal estima que en su espectáculo la cantante ha pretendido expresar su frustración en torno a distintas situaciones del mundo actual (…) y no se ha tratado de una acción de desprecio a Dios», ha considerado la entidad judicial holandesa.

«Madonna no ha desacreditado a los cristianos como grupo», de acuerdo al ministerio público.

La agrupación de jóvenes del SGP tiene la posibilidad de apelar a la decisión, según lo declarado por el organismo.