Un hombre nervioso con una bolsa de marihuana. Una manada de cerdos salvajes que husmea por ahí. Una mujer que sostiene la mano de un niño.
GRANJENO / Agencia AP
Hay mucho que un efectivo de la Guardia Nacional puede ver en una noche tranquila en el sur de Texas.
La oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP, por sus siglas en inglés) ofreció a The Associated Press una oportunidad de echar un vistazo de lo que hacen actualmente los efectivos de la Guardia Nacional, a todas horas del día, en el Valle del Río Grande.
Una declaración pronunciada frecuentemente durante el recorrido, indica que los soldados son «los ojos y oídos de la Patrulla Fronteriza». Y así lo parece.
Ahora, parece que las labores de la Guardia Nacional continuarán.
La Casa Blanca está extendiendo al menos por otros tres meses un emplazamiento de mil 200 efectivos en la frontera con México, el cual debía expirar el 30 de junio, luego que legisladores en Arizona y Texas exigieron una mayor seguridad.
Matthew Chandler, vocero del Departamento de Seguridad Nacional, dijo que el presidente Barack Obama ha pedido al Congreso asignar 30 millones de dólares para mantener en sus puestos a los efectivos de la Guardia nacional al menos hasta septiembre.
«El apoyo de la Guardia Nacional en la frontera del suroeste sigue ahí», dijo Chandler el martes.
Previendo el final de su despliegue, algunas unidades habían comenzado ya a salir, dijo Matthew Benson, vocero de la gobernadora de Arizona, Jan Brewer, quien ha pedido en repetidas ocasiones que el gobierno federal envíe más agentes a la frontera. Ahora, parece que los soldados regresarán.
«Ha habido una pausa en el retiro, para permitir que el Departamento de Seguridad Nacional analice una extensión de esta misión. No sabemos nada más en este momento», informó la Guardia Nacional en un comunicado desde su oficina de asuntos públicos.
«Ciertamente, éste es un paso en la dirección correcta, aunque hubiéramos preferido que la extensión fuera mayor», dijo Benson.