Ampliación de UE amenazada


Enfrentados a un futuro económico e institucional incierto, algunos Estados europeos liderados por Alemania quieren frenar la entrada de nuevos paí­ses a la Unión Europea (UE), provocando la ira de los Balcanes, que se niegan a ser el chivo expiatorio de la coyuntura.


Diez dí­as después del pedido de la canciller alemana Angela Merkel para establecer una «pausa» en la ampliación de la UE tras las entrada prevista de Croacia, los cancilleres europeos se reunirán el sábado en República Checa con los paí­ses balcánicos a los que prometieron la adhesión (Macedonia, Montenegro, Albania, Bosnia Herzegovina y Serbia, además de los croatas).

Esos paí­ses «quedaron muy enojados por las declaraciones de Merkel», que quiere una «consolidación de la UE antes de recibir otros miembros, y esperan obtener garantí­as de parte del bloque, explicó una fuente europea.

«La ampliación de la UE tiene un sentido y la Historia lo ha demostrado, no sólo en materia polí­tica sino también en materia económica», dijo esta semana el viceprimer ministro serbio Bozidar Djelic, instando a no frenar este proceso «a raí­z del miedo».

«Tenemos una experiencia del impacto de la erosión de la credibilidad de la perspectiva europea: Turquí­a. Esta erosión ha tenido un efecto negativo sobre las reformas» en ese paí­s, recordó de su lado el comisario europeo de Ampliación, Olli Rehn.

«Deberí­amos aprender la lección y evitar que pase la misma cosa en los Balcanes, que son todaví­a más frágiles que Turquí­a», advirtió Rehn.

Según varios responsables europeos, es muy poco probable que la UE asuma oficialmente la nueva posición alemana, que por el momento sólo seduce a unos pocos paí­ses como Bélgica y Holanda.

Pero en la práctica, el proceso ya se encuentra paralizado para muchos paí­ses.

La progresión de Croacia, que comenzó sus negociaciones de adhesión a la UE en octubre de 2005 y espera entrar al bloque en 2010 ó 2011, está frenada desde hace varios meses por Eslovenia a raí­z de un diferendo fronterizo heredado de los tiempos de la ex Yugoslavia.

De su lado, Alemania y otros Estados miembros impiden desde hace varias semana la presentación del pedido de candidatura de adhesión de Montenegro.

Por otra parte, Holanda sigue manteniendo su veto a un avance del proceso con Serbia, exigiendo a cambio la detención del ex jefe militar de los serbo-bosnios Ratko Mladic, inculpado de genocidio.

Macedonia, candidata oficial desde hace tres años, espera con paciencia una fecha de apertura de sus negociaciones de adhesión.

En cuanto a Turquí­a, su proceso de adhesión avanza con extrema lentitud desde la apertura del mismo en octubre de 2005 y corre el riesgo quedar frenado por completo a fin de año si las autoridades turcas no reconocen a Chipre.