Amores


Eduardo Villatoro
eduardo@villatoro.com

Amo

el silencio

horizontal del musgo

que se prende

inequí­voco

en la escondida fuerza de la piedra

receptora del paso

de los siglos

Amo la resonancia

del caracol

identificado con la huella

que dejaron

las renovadas olas

del mar

Amo

el inmóvil surco

que acoge en sus entrañas

el germen devenido

en grano

Amo

la vertical caí­da

de la lluvia

cuando la tarde

está por entregarse

en los pliegues de la noche

Amo

la simple gota de agua

que ineludiblemente

se desliza

en la frí­a superficie

del vidrio indiferente al viento

Amo

el golpe del martillo

empuñado por el hombre

accesible

al espontáneo

compromiso del sudor

en la palma de la mano

Amo

las cinco vocales

y las demás letras del abecedario

que me permiten

pronunciar todas las palabras

que preceden

al fin de la existencia

Amo

la lenta incertidumbre

de los que piden a Dios

un puerto ajeno

para dejar tranquilo

el escarnecido

peso de sus penas

Amo

mi propio corazón

porque ha sabido amar

la efí­mera longitud

del verso

que nunca pudo repetirse

en la aterrada lejaní­a

del espacio

Amo

tu amor y el mí­o

navegando

bajo el compás

de una vieja barcarola

que se mece

en la aurora de tus labios

Te amo

amor

porque si no te amara

de todos modos

te amarí­a

(2007)