Amolar al 110


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Tema actualizado, recurrente tal problemática por lo fastidioso, tiempo perdido tipo jugar con fuego, esto y mucho más representan las falsas llamadas telefónicas al número 110 que la Policía Nacional pone al servicio colectivo para efectos de las infaltables denuncias de hechos reñidos con la ley. Una entre más tomaduras de pelo, al correr del tiempo.

Juan de Dios Rojas


La gendarmería nacional, a propósito de subirse al carro del pragmatismo de la moderna tecnología, instaló su funcionamiento útil y necesario, prioridad uno, en términos inmediatos a fin de luchar contra acciones delincuenciales; una verdadera piedra en el zapato, cuyas dimensiones crecen más.

Significa ese comportamiento absurdo, mentiroso de capirote de personas en realidad, sin oficio ni beneficio, suelen decir los abuelos verdaderamente. El centro de llamadas no se da alcance, debido a miles y miles de las mismas, en una mayoría también, desafortunadamente, son falsas de toda falsedad. Conductas reprochables, perniciosas también merecen un hasta aquí.

La cuantía de llamadas recibidas a diario dieron a conocer son un promedio de 175 mil, cuya logística de operación sumamente compleja para dar la atención debida. Nada menos de esa enorme cantidad de llamadas, conforman un dato de gran cuantía, puesto que resultan falsos 140 mil reportes. Reflejo sin la menor duda de actitudes censurables y signos de picardía y maldad.

Como problema fatídico, lo peor resulta tener seguidores a granel, igual a otros restantes de similar naturaleza, hoy ostensibles y viento en popa. Al ritmo infeliz con el que marcha, para muestra un botón, solamente en lo que va de enero el promedio cotidiano es poner los pelos de punta, ha crecido en un 366%, así de sencillo constituye el grave error público.

Según estimaciones comprobables previenen dichos reportes falsos de toda falsedad, de niños y adolescentes, dedicados a formular bromas pesadas, abusivas, ajenos en sus hogares respectivos de efectuar algún control; si de verdad asumimos lamentablemente, también en las consecuencias que implican expresiones conductuales reñidas con el realismo que afronta pérdidas.

Tomo el problema social de alcances funestos, imposible es ocasión de jugar de tal manera. Cuando hablamos de los avances tecnológicos, en su mayor parte utilitarios, también debemos reconocer y admitir que el avance se utiliza como arma letal, habida cuenta que sirve para el mal y las bajas pasiones que los seres humanos emplean en contra de sus congéneres, ¡qué tristeza!

Los inventores y sus grandes inventos, los destinaron en beneficio de la humanidad. Sin embargo, muy pronto la maldad que no tiene fronteras, la usan para dañar, privar de la vida a personas en las tristemente conocidas como masacres, reflejo de actitudes sanguinarias, cada vez mucho más impresionantes a extremos inauditos, empero al parecer pan de todos los días. Guatemala.