Amigos y enemigos de Latinoamérica


Hugo Chávez, presidente de Venezuela,

El candidato republicano a la presidencia de Estados Unidos, John McCain, considera que en América Latina hay paí­ses «amigos» y «enemigos», estima que el mandatario venezolano Hugo Chávez es «una amenaza» para la región y mantendrá la polí­tica hacia Cuba, señaló uno de sus asesores.


En un eventual gobierno suyo, McCain buscarí­a estrechar lazos con los paí­ses «amigos» de Estados Unidos en América Latina como México o Colombia y determinarí­a la forma de «tratar» a las demás naciones en función de «la conducta de cada gobierno», explicó el congresista Lincoln Dí­az-Balart.

«Evidentemente la conducta de cada gobierno es lo que va a significar la forma en que Estados Unidos va a tratar a esos gobiernos», dijo el legislador cubanoamericano, designado por la campaña de McCain como uno de sus asesores en polí­tica latinoamericana.

«Como hay un conocimiento por parte del senador Mccain sobre las realidades del hemisferio (por el continente americano), sin duda eso va a conllevar a una relación más estrecha con nuestros amigos como México, como Colombia, como Chile, Perú, los otros gobiernos muy amigos que tiene Estados Unidos» en América Latina, estimó Dí­az-Balart.

McCain «está consciente que tenemos enemigos en este hemisferio, y esa es otra diferencia con (el candidato demócrata a la Presidencia, Barack) Obama», aseguró el congresista republicano por Florida (sureste), quien busca la reelección en los comicios de noviembre.

«Hay una diferencia entre Rusia y Georgia, hay una diferencia entre Chávez y (el presidente colombiano Alvaro) Uribe. McCain conoce esas diferencias, Obama evidentemente no», señaló el legislador, reiterando las crí­ticas de su partido a la reacción del postulante demócrata a la reciente crisis en el Cáucaso.

«McCain está consciente de que Chávez es una amenaza para todo el hemisferio, que Chávez está financiando elementos desestabilizadores a través de todo el hemisferio. (…) Hay que contrarrestar los esfuerzos de Chávez por desestabilizar las democracias en el hemisferio a través de la utilización del poder económico que tiene por el petróleo», enfatizó.

«Gran parte del problema que tenemos con Bolivia y con Ecuador es esa utilización por parte del señor Chávez de los recursos de Venezuela para ir incrementando su influencia y su agenda antiamericana» en América Latina, dijo. «Es muy preocupante lo que estamos viendo en esos paí­ses», concluyó el legislador.

Dí­az-Balart, quien es uno de los más duros crí­ticos del gobierno cubano de Fidel Castro y del encabezado ahora por Raúl Castro, sostuvo que en un eventual mandato de McCain «habrí­a aún más interés por parte del presidente de Estados Unidos sobre el tema cubano, sobre la necesidad de ayudar a la oposición interna y a la sociedad civil».

Ese interés se traducirí­a, explicó, en un mantenimiento de la actual polí­tica norteamericana hacia Cuba, que incluye un embargo económico y comercial que lleva más de 45 años y que es cuestionada por Obama por no haber logrado un cambio de régimen en la isla comunista.

«Se mantendrí­a el enfoque sobre la necesidad de que (se siga con la actual polí­tica) hasta que no haya una transición democrática en Cuba, encaminada, a través de tres pasos» que son la «liberación de presos polí­ticos», la «legalización de todos los partidos, la prensa y los sindicatos obreros» y «la convocatoria de un proceso electoral», añadió Dí­az-Balart.

En cambio, un eventual gobierno republicano promoverí­a acuerdos de libre comercio como el alcanzado por la administración de George W. Bush con Colombia «porque Mccain considera que es irrespetuoso la forma en que el señor Obama y el Congreso demócrata han tratado a Colombia», negándole la aprobación de un TLC concluido hace casi dos años.

«Es irrespetuoso tratar a México diciéndole que ahora hay que renegociar el acuerdo de libre comercio con nuestro vecino más cercano», el NAFTA o TLCAN, añadió.

Según Dí­az-Balart, McCain también buscarí­a «diseñar programas conjuntamente» con los «amigos» de Estados Unidos en el continente americano, «adicionales a los (programas) que han existido. (…) Eso conllevará a una mejor relación con el hemisferio».