Defensor de proyectos arriesgados, narrativa y personajes complejos, el director y guionista mexicano Guillermo Arriaga confiesa estar preparando una nueva película y define a Latinoamérica como un semillero de buenas historias para la gran pantalla.
«Siento que América Latina tiene muchas historias importantes que contar», dijo Arriaga ayer en una entrevista con varios periodistas durante el Festival de Cine de San Sebastián. «A veces lo que sucede en América Latina es que tratamos de contar historias como se vinieran de otro país».
«Lo que hay que hacer es encontrar las estructuras de nuestras historias y la importancia de lo que queremos decir», agregó.
Según Arriaga, el choque de civilizaciones que vivió la región tras la conquista española generó tensión y mucha confusión. Y ese caldo de cultivo, dijo, siempre genera historias.
«Nosotros vivimos las contradicciones de manera mucho más profunda. La distribución del ingreso es bastante más injusta que en otros continentes, como Europa por ejemplo», señaló. «Las tensiones históricas y sociales también son muy fuertes».
Arriaga se encuentra estos días en San Sebastián como miembro del jurado oficial. El certamen le permitirá, por ejemplo, evaluar el trabajo de su compatriota Arturo Ripstein, quien compite por la Concha de Oro con su última cinta «Las razones del corazón».
El mexicano anunció que en octubre anunciará su participación en un nuevo proyecto cinematográfico internacional. Pero guardó celosamente el secreto sobre los detalles de la cinta y si su papel será como productor, director o guionista.
«Es un proyecto con el que estoy muy contento. Nos ha costado mucho trabajo poder organizarlo, pero por fortuna va a ir adelante», admitió.
Hasta el momento, ha colaborado como guionista en varios largometrajes. Escribió «Amores Perros» (2000), «21 gramos» (2004) y «Babel» (2006), todos dirigidos por su compatriota Alejandro González Iñárritu, así como «The Three Burials of Melquiades Estrada» («Los tres entierros de Melquiades Estrada»), dirigida por Tommy Lee Jones y estrenada en el 2005.
En el 2008, escribió y dirigió «The Burning Plain» («Lejos de la tierra quemada»).
Arriaga se mostró feliz con el buen momento que vive el cine mexicano y aseguró estar orgulloso de haber puesto su granito de arena a este éxito en cintas como «Amores perros».
Eso sí, reiteró que un reencuentro con González Iñárritu no entra dentro de sus planes.
«Una vez que te divorcias, te divorcias», afirmó.
Además, señaló que sus películas en Estados Unidos no le han cambiado y precisó que Hollywood siempre ha respetado sus guiones, «sin añadir una sola coma».
En ese sentido, manifestó que nunca pensó en trabajar en el mundo del cine por dinero, sino por la pasión de contar historias. Y defendió el estilo narrativo tan característico de sus guiones.
«Creo que es poco natural contar las historias de manera lineal. Nunca he conocido a nadie en la vida cotidiana que cuente las historias de manera lineal», explicó. «En la vida real, usamos estructuras muy sofisticadas para contar nuestras propias historias».
«No debemos de poner camisas de fuerza a las historias, sino que las historias busquen sus propias estructuras», agregó.
Arriaga dijo estar muy contento con lo visto hasta ahora en San Sebastián y admitió que el jurado discute mucho sobre las películas en concurso.
«Me gusta el cine que tiene riesgo, me gusta el cine que me lleva a territorios que desconozco. No creo que nadie venga a un festival a ver qué película le entretiene más», dijo. «Mi obligación como jurado es ver qué es lo que intentan el grupo de cineastas que está detrás de una película y valorar en consecuencia».