América en España


La visita de los Reyes de España es ocasión para las añoranzas de algunos y las recriminaciones históricas de otros. Talvez lo que queda es replantear los ví­nculos culturales y lingí¼í­sticos por medio de un reflujo, pues desde que la pení­nsula perdió su hegemoní­a polí­tica y militar, sólo subsistió su herencia cultural, un «verdadero imperio sin imperialismo», como parte de un mundo espiritual.

Marco Vinicio Mejí­a

Mercedes Carballo Abengozar advierte que la noción de Hispanidad dejó de ser un «imperio espiritual» que determinaba «un mismo modo de ver, sentir y creer». Se transformó en una «construcción discursiva» surgida de las «aportaciones que el descubrimiento de América bajo a una sociedad ya mestiza». Ya no se mueve de España a América y no es un imperio; se trata de lo contrario, con el movimiento de América hacia España, como un intercambio de ideas y sentimientos, el cual «no es uniforme ni único, sino multiforme y plural».

Una España «mestiza y desmembrada» arribó a múltiples paí­ses, y no fue una España unitaria la que llegó a un solo paí­s. La España imperial como construcción no existí­a: era el proyecto de los Reyes Católicos para el futuro. El «cordón umbilical» del estudio de la Hispanidad es la lengua, una lengua también diferente y variada. Así­, el hispanista vendrí­a a ser «el que habla, enseña y difunde el español y sus legí­timas diferencias, su interdisciplinaridad».

El lingí¼í­stica español Manuel Alvar tiene la convicción de que «nuestra unidad está en América», luego de reconocer que los peninsulares sólo representan un diez por ciento de los hablantes en español que hay en el mundo. Su creencia en la unidad de la lengua lo llevó a invocar que «América con su unidad y su variedad sigue siendo mi fe y mi esperanza». Más allá del fraccionamiento polí­tico se encuentra la unidad cultural; «Para salvar tantas y tantas discrepancias hay que recurrir a un conjunto panhispánico ?en modo alguno español- en el que todos los pueblos manifiestan su personalidad en un conjunto integrado. Quiero creer que es lo que se busca y se aspira. Es lo que han dicho los mejores, y más doctos, espí­ritus de América. Lo que para nosotros es una verdad cierta. Español de todos y para todos».