El tema ambiental, especialmente en lo relacionado con la explotación de las playas del Pacífico para extraer hierro y la instalación de una planta de gas propano en Punta de Manabique, mantiene preocupado y justamente indignado a nuestro columnista Eduardo P. Villatoro, quien a lo largo de varias columnas ha venido expresando su firme oposición a que se comprometa al país con autorizaciones que tienen profundo olor a corrupción, como tan frecuentemente ocurre con licencias que riñen con la necesaria protección del medio ambiente.
Pero en los últimos días ha arreciado una campaña de intimidación contra el licenciado Villatoro por medio de llamadas telefónicas en las que le advierten que lo van a matar si sigue tocando esos temas. Las llamadas provienen de teléfonos que tienen bloqueado el número para impedir que funcione el identificador de llamadas y se producen en tono soez contra el colega que en ejercicio no sólo del derecho a la libre expresión sino de sus deberes ciudadanos, manifiesta su interés y preocupación por cuestiones que pueden provocarle daño irreparable al país.
Nos contaba el colega Villatoro que hasta al teléfono de la Asociación de Periodistas de Guatemala llamaron los anonimistas para advertir sobre el peligro que corre la vida del periodista si sigue abordando esos temas, lo cual ha servido para evidenciar la falta de solidaridad gremial de la entidad porque además de llamar al agremiado para decirle de la amenaza, lo menos que debieron hacer es un pronunciamiento de solidaridad con él.
Villatoro ha publicado en sus artículos la amenaza que le hacen personas anónimas y ni por eso hay una reacción ni de las entidades gremiales o de la Procuraduría de los Derechos Humanos o de la fiscalía de delitos contra periodistas del Ministerio Público. Queremos expresar nuestra absoluta solidaridad con Eduardo Villatoro porque compartimos con él la misma preocupación por esos proyectos que son crímenes de lesa patria, y demandamos a las entidades de prensa que se manifiesten ante las amenazas contra su vida, al tiempo que demandamos de las autoridades que se investiguen los hechos y se le brinde protección al periodista a quien le advierten de manera soez que será asesinado si sigue opinando de esos temas.
Ciertamente nuestro oficio es delicado y genera controversias que en no pocas ocasiones se traducen en acciones como las amenazas que ahora recibe Villatoro. Especialmente cuando hay de por medio millonarias sumas que no se limitan a la utilidad en un negocio, sino que sirven para comprar la voluntad de los funcionarios encargados de autorizar licencias y para que se hagan de la vista gorda quienes tienen el deber de proteger y asegurar la vida de los guatemaltecos.