A causa de la contaminación y de pésimas condiciones sanitarias, las autoridades de Salud de Costa Rica analizan la posibilidad de cerrar el Parque Nacional Manuel Antonio, lo que podría constituir un duro golpe a la industria, ya fragilizada por el terremoto del pasado 8 de enero.
Un grupo técnico analizó ayer si se han subsanado los graves problemas de manejo de aguas negras, detectados a principios de mes en el parque ubicado a unos 140 km al suroeste de la capital, en la costa del Pacífico.
El Parque Nacional Manuel Antonio, que combina un ambiente de bosque tropical con hermosas playas de arena dorada y un excelente clima, es uno de los dos principales atractivos para los turistas que visitan este país centroamericano.
El año pasado se registraron 300 mil visitas al parque, que dejaron al Estado ingresos por más de dos millones de dólares.
El 12 de febrero, el Ministerio de Salud dio un plazo de 10 días hábiles a la administración del centro turístico para que adoptara medidas de emergencia con el fin de detener la contaminación con heces de una laguna interna.
De no resolverse satisfactoriamente los problemas, el parque será cerrado hasta que se haya construido un sistema seguro de evacuación de aguas negras y servidas, advirtió la ministra de Salud, María Luisa Avila.
Las autoridades anunciaron también una inspección minuciosa en los cientos de hoteles, hospedajes y restaurantes que rodean el parque nacional, que cubre una extensión de 1.972 hectáreas terrestres y 55.000 hectáreas de aguas marinas.
De cerrarse este balneario de impresionante belleza natural, la industria turística de Costa Rica sufriría un fuerte golpe, el segundo este año desde el terremoto que sacudió el centro del país el 8 de enero.
El sismo de 6,2 grados Richter que dejó un saldo de 23 muertos, siete desaparecidos y miles de damnificados, se produjo justamente en el área del Parque Nacional Volcán Poás, que ha sido el otro gran foco de atracción turística, situado a unos 50 km al norte de San José.
El terremoto destruyó carreteras, puentes, hoteles y cientos de viviendas en el área del parque, lo que obligó al cierre de éste por más de un mes, tras lo cual fue reabierto, pero con una escasa frecuentación.
Costa Rica recibió en el 2008 más de dos millones de turistas extranjeros (casi la mitad de la población nacional de 4,2 millones) y percibió ingresos por más de 2.000 millones de dólares, lo que ubica la actividad en el primerísimo lugar como fuente de captación de divisas.
El Instituto (ministerio) Costarricense de Turismo reportó en diciembre una desaceleración en la actividad, que creció en 2008 un 7,5% frente a tasas cercanas al 16% en años precedentes, y pronosticó un 2009 «difícil» a causa de la crisis económica internacional.