Amenaza para cumbre UE-ífrica



La cumbre Unión Europea-ífrica que se abre mañana en Lisboa podrí­a ser escenario de duras discusiones por los nuevos acuerdos comerciales que negocian ambas partes, y que demuestran la dificultad de los europeos para instaurar relaciones más equilibradas con sus ex colonias.

Esos Acuerdos de Asociación Económica, que deben reemplazar al régimen comercial preferencial acordado por Europa a los paí­ses ACP (ífrica, Caribe, Pací­fico), prevén la apertura progresiva de los mercados de las ex colonias.

Estos paí­ses, muchos de ellos entre los más pobres del planeta, temen una llegada masiva de productos europeos menos caros que destruyan su ya muy frágiles producciones.

«La discusión de estos acuerdos es el gran temor de los europeos. Es por ello que intentarán mantener ese tipo de discusiones al margen de la cumbre tanto como sea posible», estimó un experto del Centro Europeo de Gestión de Polí­ticas del Desarrollo, San Bilal.

Pero la UE tendrá problemas para impedir que los africanos pongan el tema sobre la mesa de discusiones en Lisboa.

Firmar esos acuerdos «es consagrar y acentuar un desequilibrio de hecho y entregar totalmente los mercados africanos a los productos europeos subvencionados», afirmó el presidente senegalés Abdulaye Wade, quien se niega a suscribirlos.

Wade, lí­der de la oposición a los nuevos acuerdo, «abordará la cuestión si los demás no lo hacen» durante la cumbre y «hará todo lo posible para que los otros paí­ses africanos tampoco firmen», aseguró su portavoz El Hadj Amadu Sall.

De su lado, las ONGs acusan a Bruselas de aumentar la presión utilizando la fecha lí­mite del 31 de diciembre otorgada por la Organización Mundial del Comercio (OMC) a los europeos plazo para reemplazar su sistema de preferencias tarifarias.

«Irónicamente, el tema de la cumbre UE-ífrica es la asociación, pero esas negociaciones comerciales están lejos de la asociación, son la imposición», denunció una representante de Oxfam, Emily Jones.

Tras cinco años de negociaciones sólo catorce (doce africanos) de los 78 paí­ses ACP concluyeron un acuerdo, y la mayorí­a no podrá hacerlo a tiempo.

Por esta razón, la Comisión Europea renunció a acuerdos completos que cubran las mercancí­as y los servicios, concentrándose únicamente en la primera de las cuestiones.

Bruselas decidió además fragmentar las seis regiones con las cuales negociaba (Caribe, Pací­fico y ífrica Central, Austral, Occidental y Oriental) para tratar de cerrar acuerdos con ciertos paí­ses dispuestos a avanzar.

Con esta iniciativa, la Comisión buscaba evitar la reimposición a partir del 1 de enero de las barreras aduaneras europeas para los productos ACP, una de las consecuencias más graves de la ausencia total de acuerdo y de la de solo estarí­an exentos los 40 paí­ses menos avanzados, que seguirán beneficiando de un régimen preferencial.

Pero algunos responsables africanos acusan a Bruselas de querer «dividir para reinar», rompiendo una solidaridad regional ya muy difí­cil de aplicar, según fuentes cercanas a las negociaciones.

Esta integración es, sin embargo, uno de los objetivos claves de la nueva «asociación estratégica» entre los dos continentes que debe ser adoptada en la cumbre de Lisboa, según el experto San Bilal.