Amenaza contra Latinoamérica


Roberto Micheletti, un voraz polí­tico hondureño que desde hace muchos años transita por las curules del Congreso de su paí­s, soñando estérilmente con la Silla Presidencial de Honduras y comprometido con la derecha recalcitrante que usa los principios del fascismo, o movimiento polí­tico totalitario; logró finalmente, a la brava o «a la malagueña» como dice un buen amigo mí­o, tener acceso al voraz sueño de su vida mediante un golpe de Estado basado en tecnicismos que riñen con la democracia que quiere lograrse o estabilizarse en el continente latinoamericano.

Roberto Arias

El sórdido personaje, derrocando de una manera torpe y abusiva al presidente constitucional de la república hondureña, Manuel Zelaya, logró meter a Latinoamérica y a gran parte del mundo en un brete. Dicho especí­ficamente, la derecha más reaccionaria y oscura de Honduras es la responsable de la polarización de su paí­s y de lo que pueda ocurrir allí­ y en otros paí­ses de la región, dada la delicadeza de la situación en este momento crí­tico latinoamericano, especialmente ahora que Zelaya, contra todo pronóstico, regresó a suelo hondureño. Escribo esto el viernes 24 de julio a las 4.00 P.M.

Todo el panorama está más negro que el color de hormiga, sin embargo, lo verdaderamente serio es que la burda y estúpida acción de Micheletti impulsada por los extremos más obsoletos y recalcitrantes latinoamericanos ha puesto a Latinoamérica en una silenciosa guerra de idealismos que amenaza con retroceder muchos años a varios paí­ses de la región, incluyendo a Guatemala, cuyos voraces sí­miles están agazapados esperando la mí­nima oportunidad para saltar por encima de la Constitución Polí­tica y el escaso modelo de democracia del que se hace gala en este paí­s, para abordar el poder. Ya hicieron el primer intento con lo del abogado Rosenberg, aunque los medios de comunicación a su servicio lo nieguen hasta en sus editoriales.

¿Cómo es posible que el imbécil de Micheletti pueda decir que el problema hondureño es asunto interno y concierne únicamente a Honduras? Su estupidez ha dejado al descubierto a su paí­s y ha polarizado y puesto en peligro a todo el continente latinoamericano, incluyendo desprestigio a la OEA y a otras organizaciones internacionales que intervinieron en consonancia con los demás paí­ses del mundo, para favorecer el sostenimiento de la democracia y de la institucionalidad en Honduras y en Latinoamérica. La estupidez de Micheletti y su mafiosa pandilla ha desnudado, avergonzado y expuesto al mundo el pudor y las intimidades de su paí­s.

Independientemente de cuál sea la calaña de Manuel Zelaya, libremente de su calidad como persona, de su ideologí­a, de su honorabilidad o de su desempeño como presidente constitucional de Honduras, este hombre fue democráticamente elegido por su pueblo y ningún o ningunos hijos de mala madre tienen el derecho de romper la voluntad de una población que, acertada o equivocadamente eligió, con el poder de su soberaní­a, a un presidente de una manera constitucional.

Menos aún tienen el derecho de meter en una disyuntiva y riesgo tan grande a Latinoamérica y a todos los latinoamericanos. El peligro de un derramamiento de sangre y un efecto dominó en nuestro continente no puede descartarse. Están a la vista las posibilidades y las factibilidades y, están abiertas constantemente las asquerosas fauces de la codicia y el amor al dinero en quienes ya son hartamente conocidos, especialmente en Guatemala.

La amenaza está latente.