AMATITLíN Y EL FUGAZ ENTUSIASMO DE D. í“SCAR


Mientras Dios me lo permita seguiré yendo todos los domingos a Amatitlán a donde me lleva mi hijo José Carlos con la ocasional compañí­a de su hijo Chepito, con quien intercambiamos unas patadas de fútbol.

Dr. Carlos Pérez Avendaño

Salgo a remar en mi kayak dirigiéndome en contra del viento a fin de que el regreso, para el cual ya estoy algo fatigado, sea a favor de la corriente. Estoy remando alrededor de una hora y media. Es algo que me satisface porque es el mayor esfuerzo fí­sico que hago durante la semana, y lo hago en un bonito ambiente porque el programa de rescate del lago, al cual el presidente Berger brindó su inicial arranque, todaví­a funciona. Ojalá no sea otro arranque de caballo viejo.

Digo que todaví­a funciona porque unas de las instalaciones iniciales fueron los aireadores que succionan el agua de lo profundo para llevarla a la superficie para que, en contacto con el aire, se oxigene.

Sin embargo, tal y como sucede con nuestra cultura chapina, es el mantenimiento nuestra tarea más vergonzosamente deficiente, y naturalmente, así­ sucedió con los aireadores.

Este domingo hice mi recorrido e inspeccioné cinco de esos aparatos y constaté que ni uno solo, repito, ni uno solo de ellos está funcionando, muchos de ellos oxidados, con piezas rotas, alambres cortados lucen en franco y triste abandono.

Según he averiguado, hay aireadores que funcionan con energí­a eléctrica y otros que lo hacen con energí­a solar. La licitación (si es que acaso la hubo) se otorgó a la compañí­a de los que precisan de energí­a eléctrica, lo cual, como es obvio, hace más caro su mantenimiento. Tengo entendido que aún cuando el gasto inicial es más elevado para los de energí­a solar, a la larga, salen mucho más baratos porque su mantenimiento es mucho menos oneroso.

Hace uno o dos años don í“scar llegó, acompañado de los funcionarios de AMSA (encargada del rescate del lago) y de algunos miembros del Comité del Lago, a inspeccionar el estado de ese programa y naturalmente todo estaba funcionando muy eficientemente por lo que él se retiró arrepentido por no haber llevado su calzoneta y darse un chapuzón, ya que el agua lucí­a limpia.

Me imagino que como ya se aproximan las elecciones, el Gana ya ha desviado fondos que inicialmente fueron dedicados a actividades como el rescate del lago, para gastarlos, ahora en la politiquerí­a y que a ello se debe el triste estado de los aireadores y el abandono del programa rescate que iba muy bien encaminado.

Para don í“scar, presidente, para el director Ejecutivo de AMSA, ingeniero í‰dgar Zamora y para el doctor ílvaro Hurtado, presidente del Comité del Lago un llamamiento para reactivar ese prometedor programa a alto nivel y que antes que nada decidan cambiar los deficientes y ya arruinados aireadores eléctricos por los de energí­a solar.

Don í“scar, ese su proyecto iba muy bien. No lo deje a medias. Y ojalá que no acepten chapuces de los eléctricos porque dentro de poco fallará otra vez su mantenimiento. Mejor de una vez, los solares.