Amañada relación entre inmigrantes y criminales


  Quizá por ignorancia, talvez por su oculta filiación de extrema derecha o acaso porque, como el resto de la población guatemalteca, se sienten agobiados por el incremento de la violencia criminal, la falta de severidad en la aplicación de las penas a los delincuentes y la reincidencia de los antisociales en la comisión de hechos ilí­citos, algunos compatriotas han reenviado un correo electrónico que pretende elevar a la categorí­a de paradigma del rigor que se debe aplicar a los criminales, al sheriff del condado de Maricopa, en Arizona, donde se acaba de promulgar una ley capaz de convertir a ese estado de EE.UU. en un gigantesco campo de detención y deportación.

Eduardo Villatoro

Con el contundente tí­tulo de «Â¡Un cabrón así­ nos falta en Guatemala!» circula en el ciberespacio un mensaje que es probable que usted ya lo leyó y hasta es posible que esté de acuerdo con su contenido, que da a conocer las medidas nazifascistas del sheriff Joe Arpaio, un norteamericano blanco de pies a cabeza que, para comenzar, creó el campamento de carpas carcelarias, para evitar la construcción de un complejo

A causa del calentamiento climático, las temperaturas en Maricopa se han elevado hasta 53 grados centí­grados, por lo que Arpaio ordenó a dos mil internos a despojarse de sus ropas y quedar vestidos únicamente con sus calzoncillos color rosa. Bajó el costo del tiempo de comida a 30  centavos de dólar, prohibió que los reclusos tomaran café y ha puesto a trabajar a mujeres y hombres encadenados en cuadrillas.

También ha adoptado medidas menos severas y hasta aceptables, como no fumar ni leer revistas pornográficas y ha retirado los aparatos de entrenamiento y levantamiento de pesas; pero es de los comisarios más crueles con los inmigrantes, sobre todos los indocumentados que tienen la desventura de haber ido a parar a esa cárcel, al igual que aquellos norteamericanos que con sentimiento humanitario dejan botados deliberadamente  envases de agua pura y porciones de comida enlatada en senderos donde suelen internarse ilegalmente a Estados Unidos los latinoamericanos -miles de ellos guatemaltecos- que huyen de sus paí­ses por falta de empleo y otras causas más.

Arpaio tiene razón al afirmar que los «criminales deben ser castigados por sus crí­menes y no vivir a todo lujo hasta que les llegue la libertad provisional», pero es inaceptable que a los inmigrantes indocumentados los califique de delincuentes y les aplique rigurosos castigos por el único motivo de no contar con la autorización legal para ingresar o permanecer en Estados Unidos.

   Este sheriff se sentirá ahora más envalentonado contra los 25 mil inmigrantes guatemaltecos  y originarios de otros paí­ses latinoamericanos en Arizona, con la ley SB1070 que sancionó la gobernadora de Arizona y que, como lo advierte Gabriel Lerner, de La Opinión digital, constituye un conjunto de medidas represivas y frases hechas sobre la falsa relación entre inmigrantes y crimen, que es tan absurda como racista y xenófoba.

Así­ como en Arizona, también en California, cuyo gobernador es el musculoso Arnold Schwarzenegger, quien emigró de Austria hace muchos años, esas actitudes tienen su efecto porque difunden más hostilidad contra los inmigrantes, documentados o ilegales, de parte de racistas, como el mismo Arnold muchasletras.. El pasado fin de semana ese Estado recibió a Joe Arpaio, quien -precisa el periodista Gabriel Lerner- «aplica impunemente tácticas de terror contra parte de su población civil», especialmente los ilegales hispanos, con el objeto de visitar Orange Country, para apoyar la candidatura de su ex lugarteniente Bill Hunt a sheriff de ese condado.

   (Un norteamericano admirador de Arpiao le dice al ilegal Romualdo Tishudo que el sheriff de Maricopa progresó y ocupa ese cargo sólo por su inteligencia. Mi paisano replica: -¡Como quien dice que comenzó de cero!).Â