Desde los arrozales de Asia a los campos de trigo de Australia, la disparada de los precios de los alimentos hace estallar el presupuesto de los pobres y agita el fantasma del hambre y los disturbios en Asia, advierten expertos.
Mil millones de personas en Asia están seriamente afectadas por el creciente costo de los productos alimenticios básicos como el arroz y el pan, dijo el director general del Banco de Desarrollo Asiático, Rajat Nag.
El Banco Mundial estimó el mes pasado que 33 países del mundo están amenazados con disturbios sociales y políticos a raíz de la disparada de los precios de la comida y la energía.
En toda Asia, los trabajadores hicieron una campaña contra el aumento de los precios de los alimentos en el Día de los Trabajadores, el jueves 1 de mayo, con marchas en varias ciudades, incluidas las capitales de Indonesia, Filipinas y Tailandia.
Si bien las manifestaciones son en general pacíficas, crece la preocupación sobre el potencial de inestabilidad política y disturbios si persisten los altos precios.
«Una vez que la gente está hambrienta comienza a ponerse bastante desesperada y toma medidas desesperadas», dijo Damien Kingsbury, de la Universidad Deakin de Australia.
El científico experto en la agricultura y arquitecto indio de la «Revolución Verde» de los «60, Monkombu Sambasivan Swaminathan, ha señalado que India necesita una segunda revolución agrícola para aumentar su producción de alimentos, o de lo contrario se enfrentará a enormes disturbios sociales.
Los expertos culpan de los elevados precios de los alimentos a diversos factores, incluida una mayor demanda debido al cambio de dieta en Asia, las sequías, el creciente uso de cultivos para biocarburantes, y mayores costos de la energía y de los fertilizantes.
En Australia, generalmente segundo después de Estados Unidos como exportador mundial de trigo, varios años de sequía han recortado las cosechas a sólo 13 millones de toneladas el año pasado, de un promedio de 22 millones de toneladas.
En el resto de la región, el impacto va de traumático a mínimo:
-AFGANISTAN: Millones de afganos tienen «problemas» para satisfacer sus necesidades alimenticias básicas a raíz de la duplicación de los precios de los productos básicos y el trigo en los últimos meses, según el Programa Mundial de Alimentos (PAM).
-BANGLADESH: Una de las naciones más pobres del mundo, Bangladesh ha sido golpeada por la duplicación del precio de su producto de mayor consumo, el arroz, el año pasado, y muchos trabajadores pobres dicen que sólo pueden comer una vez al día.
El mes pasado unos 20 mil obreros textiles protagonizaron disturbios cerca de Dacca, la capital, por mayores salarios para cubrir el costo de los alimentos.
— CAMBOYA: El creciente precio del arroz ha obligado al PAM a suspender indefinidamente un programa que otorga desayunos gratis a 450 mil escolares camboyanos pobres.
-CHINA: El primer ministro chino, Wen Jiabao, dijo el mes pasado que los elevados precios son el mayor problema que enfrenta la economía doméstica.
-INDIA: Una huelga general contra el alza de precios de los alimentos paralizó Kolkata el 21 de abril mientras miles de policías fueron desplegados para impedir la violencia.
Nueva Delhi ha recortado las tarifas a los alimentos importados y prohibido la exportación de lentejas y otros productos.
– NEPAL: Nepal prohibió la semana pasada la exportación de granos.
– COREA DEL NORTE: La crisis alimentaria ha provocado la muerte por inanición de algunas personas en pueblos rurales remotos, según la organización Good Friends de Corea del Sur, que trabaja en la empobrecida nación comunista. Los precios de los productos alimenticios se han casi triplicado en el año pasado.
-PAKISTAN: Los analistas dicen que el descontento por la escasez de alimentos, sobre todo la harina de trigo para fabricar el pan roti, fue un factor en la derrota de los aliados del presidente Pervez Musharraf en las elecciones de febrero.
-TAILANDIA: Los precios del arroz doméstico y para la exportación han subido un 50% en un mes. Algunos campesinos se han armado y vigilan sus campos de noche para proteger sus cultivos de los ladrones de arroz.
Con los precios de los alimentos a niveles récord, Asia aún debe dilucidar si los cultivos Genéticamente Modificados (GM) son o no la clave de un futuro maná alimentario para el continente.
El gobierno de Filipinas acaba de aprobar los cultivos de maíz genéticamente modificado para uso comercial, pero muchos otros países de Asia parecen menos entusiastas con respecto a los cultivos GM.
«Hubo muchas discusiones sobre el hecho de que las cosechas pueden contribuir a la mejora del cambio climático usando semillas GM modificadas», dijo Daniel Ocampo, de la organización ecologista Greenpeace.
Para Ocampo, sin embargo, la tecnología aún está muy lejos de «abordar esas necesidades», si bien ello no frenó a las autoridades filipinas de financiar la producción de maíz GM.
Japón, por su parte, no tiene cosechas genéticamente modificadas porque los consumidores temen que no sean seguras, pero en cambio importa trigo GM que usa para fabricar productos como aceite para cocinar y comidas para animales.
Las empresas japonesas también son reacias a la introducción de comidas precocinadas que incluyan Organismos Genéticamente Modificados (OGM) debido a los requisitos de etiquetado y al temor de los consumidores por su seguridad.
En todo caso, Japón no prohibió las granjas de cultivos GM pero las estrictas leyes al respecto han frenado las inversiones en ese sector.
Sin embargo, ante los elevados precios de los alimentos que empiezan a asustar a un país que importa más de la mitad de lo que come, el gobierno japonés declaró que los cultivos GM pueden ser una forma para aliviar una posible escasez alimentaria y los problemas medio ambientales.
En Corea del Sur, una ley entrada en vigor el 1 de enero impuso reglas estrictas a la importación de semillas GM.
Un responsable del ministerio surcoreano de Agricultura que pidió el anonimato, indicó que la existencia de programas propios de semillas GM con fines experimentales pero no para uso comercial.
En Bangkok, la sede regional de la Organización de Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) señaló no haber visto señales de que los gobiernos de Asia estén presionando por el cultivo o el uso de semillas GM.
«Con la tecnología moderna agrícola, los países deberían ser capaces de producir suficientes alimentos sin recurrir a las semillas GM», dijo He Changchui, el representante regional de la FAO para Asia.
«No se necesitan. Intenten reemplazarlas con buenos fertilizantes y buen agua», añadió.
En China, el Consejo de Estado, o sea, el consejo de ministros, dictó en 2001 normas detalladas respecto a la seguridad, el etiquetado y las licencias para producir, vender e importar productos GM.
Xie Yang, miembro del Centro de Investigación y Desarrollo, un comité de expertos que depende de Consejo de Estado, afirmó que «en China no está permitido el consumo de ningún cereal ni semilla genéticamente modificados».
Según el experto, en China existe una exitosa investigación de arroz y maíz GM pero no una aplicación comercial.
De acuerdo con Ocampo, el experto de Greenpeace, Filipinas es el primer país del sureste asiático, y posiblemente de toda Asia, en contar con cultivos genéticamente modificados para uso comercial.
«El hecho es que Filipinas está tan cerca de Estados Unidos que cualquier política que adopten los estadounidenses en el campo de las cosechas GM, nosotros (los filipinos) las seguimos también», explicó.