Alvear obtiene el bronce


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Al terminar el combate y tendida en el suelo, la colombiana Yuri Alvear elevó los brazos como alcanzando el cielo, con la emoción reflejada en el rostro, y expresó lo que ha sido su mantra en su carrera deportiva: «gracias, Dios».

Por MARCO SIBAJA LONDRES / Agencia AP

La judoca de 26 años había vencido recién a la china Fei Chen y conquistado la primera medalla olímpica en judo para Colombia.

Durante su participación en la categoría de mujeres de menos de 70 kilos, la colombiana estuvo a punto de ser eliminada cuando perdió por ippon (knock out técnico) en 10 segundos contra la francesa Lucie Decosse en la segunda ronda, pero ganó el derecho de ir a un repechaje contra Chen, quien la había derrotado en dos torneos anteriores.

«Yo quería enfrentarme a la china (Chen) porque nunca le había podido ganar en dos veces que nos habíamos enfrentado antes», comentó Alvear a periodistas, con una sonrisa imborrable en el rostro, después de ganar una de las dos medallas de bronce que se otorgan en judo por cada categoría. La otra fue para la holandesa Edith Bosch.

Sus palabras tras la victoria estuvieron llenas de alusiones a su fe, un testimonio del fervor religioso de su familia humilde. La deportista del suburbio caleño de Jamundí es hija de un constructor y una ama de casa. Comentó que, desde pequeña, la religiosidad fue un elemento fundamental en su familia, pero en el último año cobró mayor relevancia.

Esa fe le permitió una recuperación asombrosa. Hace dos años, su carrera estuvo en duda, al romperse el ligamento cruzado anterior de la rodilla izquierda durante el Panamericano de judo.

Incluso afirmó que la medalla no fue el momento más importante de su vida. Esa categoría la reservó para el momento en que aceptó dejar su vida en manos de Dios.

«Antes de salir al combate dije, ‘Señor, que se haga tu voluntad, deja de lado mis deseos de ganar una medalla. Lo dejo en tus manos’. Dios que es perfecto y maravilloso tiene un plan para mi, El permitió que yo ganara esta medalla», manifestó.

En medio del combate contra Chen, la prueba debió ser suspendida porque comenzó a sangrar la nariz de Alvear. La colombiana dijo que fue la primera vez que le ocurría en una competencia, pero consideró que no fue un problema importante.

Alvear se apuntó un waza ari, al derribar de espaldas a su oponente, y un yuko al someterla en el suelo sobre un costado, para llevarse el combate, que marcó el mayor éxito en su carrera y en la trayectoria de los colombianos sobre el tatami.

Colombia suma así dos platas y un bronce en los presentes Juegos Olímpicos.

La francesa Decosse, verdugo de Alvear, se apoderó del oro en la categoría, tras vencer a la alemana Thiele Kerstin, quien se colgó la plata.