ílvaro Arzú, actual alcalde del municipio de Guatemala, puede ser simpático o antipático. Amado u odiado. Preferido o repudiado. Admirado o despreciado. Elogiado o censurado. Puede ser calificado como uno de los mejores políticos en la historia de Guatemala; o como uno de los peores. En el juicio sobre él no parecen haber conciliatorias posiciones intermedias sino sólo excluyentes posiciones opuestas.
Empero, independientemente de simpatía o antipatía, amor u odio, preferencia o repudio, admiración o desprecio, elogio o censura, y calificación de ser uno de los mejores o uno de los peores políticos, Arzú ha influido, durante casi tres décadas, en el acontecer político nacional.
En el actual proceso electoral, Arzú intentó ser candidato presidencial; pero parece haberse persuadido de que la Constitución Política le prohibía serlo, por haber ejercido ya la Presidencia de la República. Entonces desistió de ese intento y optó por ser candidato a la alcaldía del municipio de Guatemala. Si fuera electo, sería alcalde de ese municipio, por cuarta vez. He aquí precisamente la cuestión: ¿puede tener Arzú la misma certeza de triunfo que tuvo en sus tres candidaturas anteriores?
Una reciente encuesta de intención de voto, publicadas por El Periódico, basada en el conocimiento espontáneo (es decir, no inducido) de los encuestados, sugiere que ha surgido un exitoso competidor de Arzú. Es el candidato Alejandro Sinibaldi, propuesto por el Partido Patriota. La encuesta, realizada por la empresa Reprodatos, le adjudica la primera posición a Arzú, con una intención de voto de 40%, y le adjudica la segunda posición a Sinibaldi, con una intención de voto de 33%. Otros candidatos tienen una intención de voto que no excede de 5%.
La encuesta no sólo revela una escasa diferencia de intención de voto entre Arzú y Sinibaldi. También muestra, sorprendentemente, con base en el conocimiento espontáneo de los vecinos, que 75% de ellos conoce la candidatura de Sinibaldi, y que un 65% conoce la candidatura de Arzú. Son los candidatos más conocidos, notoriamente más que los otros candidatos. Adviértase que es conocimiento de la candidatura.
¿Qué causa o que causas explican que la candidatura de Sinibaldi sea espontáneamente más conocida que la candidatura de Arzú? Una causa quizá consista en que Arzú se ha abstenido de emprender una campaña publicitaria en favor de su candidatura. Entonces, por ejemplo, aunque todos los ciudadanos sepan que Arzú es el alcalde del municipio de Guatemala, puede ser el caso que algunos ciudadanos no sepan que también es candidato a la alcaldía. Quizá algunos vecinos hasta creen que es candidato presidencial.
El notable ascenso de intención de voto en favor de Sinibaldi plantea dos cuestiones simples. La primera puede plantearse así: ¿puede Arzú incrementar la intención de voto en favor de él, de modo tal que Sinibaldi no pueda superarlo? La segunda puede plantearse así: ¿puede Sinibaldi incrementar la intención de voto en favor de él, hasta superar la intención de voto en favor de Arzú? Conjeturo que la intención de voto en favor de Arzú podría incrementarse con una campaña publicitaria en favor de su candidatura. Empero, no necesariamente sería un incremento que Sinibaldi fuera incapaz de superar; y la gloriosa era edilicia de Arzú podría estar amenazada.
Post scriptum. La actitud del candidato a la alcaldía ílvaro Arzú me evoca una sentencia del antiguo filósofo griego Tales de Mileto: “En la confianza está el peligro.â€