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Un gran porcentaje de éstas da cuenta, principalmente, de casos de abusos sexual de adolescentes mujeres.

Julia* habita en una zona marginada de la capital. En su barrio la mayorí­a no tiene acceso a espacios adecuados de recreación o entretenimiento, pocas oportunidades de estudiar y conseguir un empleo digno.

Lo que infaliblemente tienen en las calles es la violencia y la desgana del Estado para atenderles.

La adolescente de 14 años, como muchos de sus amigos, estudiaba y trabajaba al mismo tiempo. Sin embargo, al poco tiempo de estar laborando, fue violada sexualmente por su empleador, de aproximadamente 60 años.

Desde 2006 -cuando se suscitó el hecho- el caso ha estado en los tribunales, pero no ha prosperado. Lo único que se resolvió fue que el abusador ofreció Q1,000.00 a la familia de la adolescente para que desistiera del proceso.

Las necesidades

De acuerdo con el sicoanalista Manuel Juárez, director de la Fundación Devenir -una de las instituciones que conforma la red asistencial del proyecto-, el tema identificado con mayor frecuencia es el abuso sexual: incesto, y abuso sexual por personas ajenas a la familia en preadolescentes y adolescentes.

El experto indica que hay otros dos temas que también tienen gran demanda. Uno de ellos es la dificultad que muestran las y los adolescentes para generar ví­nculos sanos con la familia, lo cual les implica muchas veces actitudes agresivas o demasiado tí­midas.

El tercer tema es el que llama «inhibición de los adolescentes», donde los chicos no muestran interés por nada. «Este es un patrón bastante frecuente que les afecta en su vida familiar y escolar», adujo.

En cuanto a las situaciones de violencia sexual, Velásquez aseguró que en todos los casos hacen la recomendación y asesorí­a para que sean presentados a los tribunales.

Sólo el año pasado remitieron 45 casos de abuso sexual para que recibieran ayuda legal al Bufete Popular de la Universidad de San Carlos y Rafael Landí­var.

Atención

Cuando Julia llegó al proyecto, según cuenta Manuel Velásquez, estaba totalmente inhibida. «La posición del los brazos era como un nudo. Le afectaba tanto que no podí­a hablar por el llanto o en ocasiones lo conversaba como si fuera algo que no le afligí­a», comentó.

Luego de ser asistida por más de un año, la chica ha retomado su vida. Comenzó por cambiar de colegio y está evaluando la idea de buscar un nuevo trabajo.

«Verbalizar la experiencia y construir la realidad, le permitió crear un sentido distinto a partir de lo que vivió y tuvo la capacidad de enfrentar los temas legales con más entereza. Ha comenzado a asumir la idea de ser ella quien lleve el liderazgo en la demanda, antes lo hací­a la mamá», narró Velásquez.

«Cuenta conmigo»

El programa inició con una lí­nea telefónica de consejerí­a para adolescentes de áreas marginadas de la capital, empero, la fuerte demanda del servicio que hacen los muchachos, les motivó a instalar un consultorio.

«El proyecto Cuenta Conmigo busca brindar apoyo a las y los adolescentes cuando tengan dudas o situaciones de crisis, que hagan necesario dar orientación o consejerí­a profesional», manifestó la sicóloga Carmen López, quien apoya en la atención de la lí­nea telefónica.

Juan José Velásquez, también sicólogo del programa de Salud Mental de la municipalidad capitalina -quien sede la infraestructura para el funcionamiento del proyecto-, contó que al comenzar el proyecto solo se tení­a la lí­nea, pero con el incremento de la demanda, se requirió una atención más profesional.

«Se buscaron los centros de referencia y luego vimos que se necesitaba una atención más directa e inmediata por lo que se inauguró el consultorio, en mayo de este año», comentó

A criterio del sicólogo, la escasa o nula existencia de instituciones que ofrezcan atención integral a los adolescentes, genera que no se expresen y repriman sus problemas.

«Les cuesta encontrar un lugar donde se les escuche como adolescentes y sean atendidos en un lugar especializado. Generalmente no saben a dónde ir», dijo Velásquez.

Las infantes, adolescentes y jóvenes atendidos son de escasos recursos de zonas marginadas: zona 18, zona 1, zona 2 y zona 6. Según el sicólogo predominan las consultas de las primeras dos.

«Solo en julio de este año se atendieron 56 consultas, de las cuales 37 lo hicieron por primera vez y 33 fueron re-consultas, debido a un evento de promoción que se hizo», indicó.

A criterio de López, pese a que de enero hasta agosto de este año se registraron pocas llamadas (71), lo importante es que se ha dado seguimiento a los casos.

«La mayorí­a de las llamadas (90%), van al consultorio. Quienes consultan lo hacen porque realmente no encuentran otro apoyo», relató López.

*nombre ficticio