La F-1 está de vacaciones, pero a medias, hasta la llegada del GP de Bélgica, que se disputará el 29 de agosto en el hermoso trazado de Spa. La Asociación de Constructores decidió en su día (según explicó Jo Ramírez, coordinador de McLaren, «para reducir el índice de divorcios en el paddock») establecer 10 días de fiesta rigurosa durante agosto, en los cuales los componentes de los equipos no pueden, ni siquiera, enviarse mensajes o correos electrónicos.
Eso sí, cada equipo decide cuándo cumple esos 10 días festivos. Ferrari los empezó ayer, justo después de que Fernando Alonso abandonase la fábrica de Maranello donde no solo hizo diversas pruebas en el túnel de viento con el nuevo difusor (fruto de la nueva caja de cambios, cuya menor altura permite mejorar la aerodinámica del viejo difusor) sino que celebró distintas reuniones con Nick Tombazis, diseñador jefe de los Ferrari, que ya está trabajando, una vez se ha sabido que Pirelli sustituirá a Bridgestone como proveedor de los neumáticos, en el bólido del 2011.
CIRCUITOS FAVORABLES
Tal y como señaló el propio Alonso tras quedar segundo en Hungría, por detrás de Mark Webber (Red Bull) y por delante de Sebastian Vettel, Ferrari ha de aprovechar las dos próximas carreras (Spa y Monza), favorables a la mayor potencia de su motor, para intentar alcanzar el liderato del Mundial de pilotos, ahora en manos de Webber con 20 puntos más que el asturiano: 161 contra 141. «Estamos en el buen camino y es el momento de apurar nuestra ventaja de propulsor», indicó Luca di Montezemolo, presidente de Ferrari.
«Mi impresión -explicó Giancarlo Minardi, expropietario de la escuderia italiana que le dio la primera oportunidad en la F-1 a Alonso -es que Fernando tendrá al alcance de su mano la posibilidad de conquistar su tercer título. Y no lo digo solo por sus manos y capacidad para ser veloz sino porque me temo queRed Bull seguirá cometiendo errores al no tener experiencia en el manejo de un equipos con dos pilotos ganadores en su seno».